Hace más de un año que decidí buscar una opción diferente al uso de toallas femeninas y tampones. Esta decisión surgió debido a las "fragancias" que ambos tienen para esconder aquel aroma tan característico de la sangre menstrual y que hay que esconder, aniquilar y negar. Existen algunas marcas que dicen "odor killer", mejor conocido como sistema OK. Comencé por pensar en confeccionarlas, pero eso era un lío, además de retrógrado y vergonzoso, ¿cómo poner a secar semejantes cosas tan ofensivas en un tendedero?, lo digo con cierto sarcasmo y rubor.
¿Confeccionar toallas? significaba pobreza y no quería pensar y pasar en ello, amaba hasta ese momento a los tampones, pero me enfrentaba a lo mismo, al abrirlos el aroma era tan fuerte que me dolía la cabeza, los dejé al aire libre muchas veces, pero no fue suficiente.
Comencé entonces mi búsqueda en internet, no recuerdo como fue, pero al final encontré una alternativa que resultaba extraña, nueva y a la vez aterradora; la copa menstrual.
Lo primero que pensé fue ¿cómo entra eso ahí?, ¿no se cae?, ¿y si no la puedo extraer?, sentí mucho miedo, pero también curiosidad. Visualmente me enamoré de una marca en especial, totalmente transparente, pero al final me decidí por otra, opaca y firme. No estaba segura de mi adquisición y como novata no sabía que hacer, mi verdadera fuente de experiencia fue youtube, entre tutoriales, reseñas y todas esas cosas.
Sobre la plática con la vendedora, ella me hizo un comentario muy extraño, y fue que la sangre menstrual no tenía olor desagradable, refiriéndose al mal olor, ese que se quiere ocultar a fuerza, con manzanilla, lavanda y bla bla bla, algún día le agregarán, olor a mantequilla o a café con leche.
Pido una disculpa a todas aquellas personas a quienes moleste mi post o experiencia, no pretendo ofender a nadie ni causar polémica.
La primera vez no pude introducirla, lo hice como me explicaron, pero en realidad fue difícil y doloroso, después de un rato lo pude hacer, ahora el problema era sacarla ¡y por Dios, tenía que introducir los dedos! Así fue y casi me desmayo al ver la copa con sangre, y además en mis manos. No, no pude verla, en ese instante quise comprobar lo que me dijo la vendedora y medio me acerqué a oler, y la verdad mi sangre olía horrible. Descubrí entonces que la vendedora me había mentido...
¿Quieres saber qué paso después?
Te invito a que leas mi siguiente post.
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