La presencia de figuras maternas y/o paternas, cercanas y afectuosas, influyen de forma importante en nuestro desarrollo, en lo que aprendemos, y en la manera en cómo configuramos nuestra personalidad, apegos, seguridades y vínculos, sobre todo, durante la infancia.
Para quienes tuvieron o aún tenemos la fortuna de disfrutar de nuestros papás, sabemos lo significativas que han sido sus enseñanzas, opiniones, consejos y guía. Sentir una conexión con ellos; tener su apoyo incondicional; y sabernos amados y comprendidos nos llena el corazón y nos ayuda a seguir.
Según el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, en México hay 21.2 millones de hombres de 15 y más años que se identifican como padres de al menos una hija o hijo que reside en la misma vivienda; cifra que representa el 46.9% de la población masculina en este rango de edad.
Si bien el rol de los varones al ejercer la paternidad ha cambiado conforme las sociedades se han transformado; por mucho tiempo, se ha asumido que tienen la responsabilidad de ser el principal sostén económico en casa, perdiéndose de la convivencia familiar por cubrir su empleo; mientras que a las madres se les ha atribuido el papel de cuidadoras.
No obstante, debido a diversos factores, entre ellos, a que hay mayor participación femenina en todo tipo de profesiones, y a que se ha ampliado nuestro ingreso y permanencia en el mercado laboral; cada vez más parejas acuerdan modelos de parentalidad más equitativos, dejando atrás aquellos basados en estereotipos de género, favoreciendo el equilibrio en las relaciones y el forjamiento de lazos durante la crianza.
Así, quienes son papás buscan contribuir no solo a colmar las necesidades materiales de sus descendendientes, sino que se involucran, de un modo compartido, en los aspectos afectivos, formativos, recreativos, médicos y de protección desde antes de nacer, lo que a su vez, coadyuva a que los infantes crezcan en entornos igualitarios y repliquen estos ejemplos cuando sean mayores; y sobre todo, favorece su bienestar biológico y psicosocial, pero también el de los propios progenitores.
Para modificar estos añejos paradigmas es necesario impulsar normas, programas y políticas públicas que ayuden a superarlos; como es el caso de las licencias por paternidad con goce de sueldo; la promoción del trabajo a distancia; la adopción de horarios adecuados y flexibles; junto con otras acciones como la instalación de cambiadores de pañales para bebés tanto en los baños de hombres como de mujeres; o bien, habilitando pequeños cuartos mixtos para ello, como sucede en Japón.
En este Día del Padre, que celebramos cada tercer domingo de junio en nuestro país, construyamos paternidades corresponsables; pues como decía el periodista Tim Russert, las cosas más preciosas que los papás nos pueden brindar son su tiempo, atención y amor. Muchas gracias a todos ellos, que son más que correspondidos.
Fuente:
"Construyendo paternidades corresponsables", El Heraldo de México, 20 de junio de 2023, disponible en: https://heraldodemexico.com.mx/opinion/2023/6/20/construyendo-pater...
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