Hoy me voy a compartir, en un sueño que me llevo a ver, el empoderamiento del amor como mujer, más allá del día y de la obscuridad, encerrado en el misterio de lo sensual.

 

Me detuve a pensar cual es la mayor magia que como mujeres podemos aspirar a dominar, la magia en nosotras a explorar y que es la llave que abre la puerta de nuestro poder, y así tal cual a mi feminidad pregunte, una diosa pinte y en el espiral de la evolución una respuesta encontré, ni buena, ni mala, solo un pedazo de mi verdad.

 

Cuando una voz rompe el silencio y en su presencia te invita a creer, se levanta el velo que te hace vencer cualquier miedo a no prevalecer, es cuando todo puedes cambiar en el ser que quieres amar,  recordé la energía del amor de juventud que en el fuego de la pasión arde sin control, que funde el alma en el hierro de la esperanza y le da tinta a la pluma que expresa danza y ahí, bailando,  no encontré el poder y a la voz más allá de la presencia nuevamente escuche y su palabra vi y sentí el fruto en mi crecer y supe que prevalecerá durante toda la eternidad, mi furia contra todo luchará para que mientras en mi regazo,  nunca nada le pasara y ahí abrazando con toda mi fuerza, tampoco encontré el poder, y cuando mis oídos cerré, la pluma de palabra escrita solté y la voz en el aire libere, sentí su hombría, vibre su alma y sus alas abiertas que agitándose se montaron en el último rayo de sol, elevando mi marea hacia la luna, ahí al borde la de la iluminada obscuridad, deje ir y ahí el amor tomo su poder y me vistió de gloria, en el dejar ir está el más grande poder de quien sabe amar, difícil el camino a tan sencilla verdad, pero si logramos de nuestra pasión disfrutar y nuestro florecer controlar, dejar ir se vuelve poderosa continua realidad.

 

Si romántica energía la que se apodero de mí, deje ir en amor y sin condición aprecie mi propio corazón y en ese instante que se consumió,  mi alma se empodero de mí y de ti, dando paso a la unicidad de dos alas que hacen volar a un ser que en la tinta escribió lo alguna vez se pactó:

  

Mi Diosa me aviso de ti,

Del encuentro en el sueño de la vida real en un no lugar,

Se abrió el portal de todo el tiempo que es en la ausencia

Y en su ranura se encontraron nuestras almas.

 

Y soñé,  me soñé y te soñé

En el páramo mucho tiempo atrás

En donde durante un nunca jamás,

con mis secretos y heridas mi trenza tejí

Y ahí en  un instante cubierto de agua

Tus manos la trenza deshacían,

y mientras liberabas el cabello

se me iba la vida y despertaba mi pasión.

 

Mi agua, fuego se volvió

Y el aire mi tierra elevo

el corazón divino ardió

Iluminando el cielo que nos vio,

el miedo se perdió

el dolor se olvido

y en el amor nos recordó

abrir las alas para dejarnos ir.

 

En el mundo

entre mundos

el amor pacto,

que a través de la historia

un día nos recordara

en el encuentro tardío

las almas se empoderaran.

 

La promesa rompe las fronteras

de la última re-encarnación

en donde el alma le enseña al cuerpo

el éxtasis de la primer pasión

el universo se regocija en el arcoíris

de la mujer de flores

que no grita más por su libertad.

  

Feliz Encuentro. 

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