Llamado a que el Apapacho no sea asesinado por el amamacho

El día de hoy quiero hablar un poco no sobre las personas que estamos detrás de algunas actividades energéticas intuitivas que buscamos el despertar espiritual, el empoderamiento del principio femenino, co-crear con otros seres un estilo de vida saludable, alegre, armónico y en congruencia con la frecuencia de una Nueva Era, una era que va más allá de lo establecido, una era que nos permite reparar, reintegrar y evolucionar de forma personal y con ello impactar el universo; sino de la energía incongruente de la que algunas veces se puede partir para este fin, ninguno estamos exentos de la equivocación, pero todos tenemos la responsabilidad kármica que nos obliga a reunir la información adecuada, una información que hoy en día gracias a las TIC podemos reforzar con facilidad, podemos seleccionar (como lo hacemos para cada uno de nuestros actos y pensamientos) la información más verídica y congruente con lo que predicamos y con ello ser el canal de verdadera auto-sanación para otros, ser la energía que decimos ser y compartir.
Este escrito hoy dignifica las mil formas de empoderamento femenino que enfocadas en la conciliación de ambos principios el femenino y el masculino sin demeritar a uno o a otro logran un despertar sano, una vida alegre, una vida en comunión si es el deseo de los espíritus, una vida sencillamente sana en pensamiento y sentimiento y al mismo tiempo pone en consideración aquellas formas que parten de la simple lucha de contrarios, al estilo utópico de Marx, para crear un estilo de vida femenino ideal.
Y mi arrebato (porque gracias a una plática previa con una brujita amiga Mabel Luna, quien me compartió ante de la existencia de esta frecuencia, hoy no llegue al berrinche) se debe a un encuentro con una palabra que está siendo utilizada como parte de algunos círculos femeninos que en su concepto primario buscan sanar en conjunto. Mabel me platico sobre la palabra y no fue sino hasta hoy que recibí la invitación a AMAMACHARME, porque la palabra APAPACHAR es patriarcal y merezco tratarme ¡matriarcalmente! (nota: el matriarcado tuvo su oportunidad histórica y tampoco lo hizo muy bien, el patriarcado le siguió cometiendo sus propios errores, la nueva era, nos invita a aprender y vibrar en la unicidad, es la oportunidad histórica de ambos principios, es la medicina universal a nuestra disposición).
Respirando entiendo que el arrebato, parte de la frecuencia desde donde se me compartio esa idea amamachada. Decidí buscar el argumento más directo, aconsejada por Mabel; el origen y significado de la palabra, la definición por parte de la Real Academia Española indica que apapachar es palmadita cariñosa o abrazo. Como a todo conquistador y conquistado, muchos de sus usos y costumbres se funden así como muchos de sus vocablos, que decir de la influencia mora en el Castellano (almohada, por ejemplo) de igual forma el Náhuatl influyo en nuestro idioma actual (cabe notar que después del Taíno el Náhuatl, es la segunda lengua indígena que más contribuyó al Castellano). Ahora bien, la palabra apapacho, es de origen náhuatl (no hay mucho de intención patriarcal abrumadora ahi). La Escuela de Escritores la ha llegado a considerar como la palabra más bella del castellano, esto no de gratis, y aquí comparto lo que encontré sobre esta palabra:
La palabra apapacho proviene del vocablo papachoa o <papatzoa, que en su significado común quiere decir “ablandar algo con los dedos” o “dar cariño”. Sin embargo, hay un sentido más profundo que la clase culta de los aztecas le daba y que se refleja en el sentido que le damos los mexicanos: “abrazar o acariciar con el alma”.
Después de esto, usar una palabra como amamachar; la cual no tengo idea de quien la acuñó por lo que sin el argumento de quien la crea, llego a una simple interpretación propia, una definición corta como “ ama ser macha” o ama macha incluso la relacione con una descomposición de la palabra Amachinar (o sea resistir a lo macho o apañar, lo cual no es una acción muy pro-activa)  esto parece  un retroceso en el empoderamiento femenino, en el poder de hacernos cargo de nuestras capacidades y habilidades como mujeres, partiendo de ser mujeres, no se necesita ser "macha", para empoderarnos mujeres, solo requerimos de abrazar al principio masculino sin confrontación y sin dejar de apapacharnos (si, acariciar nuestra experiencia humana como mujeres desde nuestra alma) tal y como somos para resurgir mujeres.
Podemos evitar ser mujeres, partiendo de ser hombres; lo cual si es tu deseo en plena consciencia está bien, quiero aclarar, la diferencia es defender un “feminidad” partiendo de la “masculinidad” que también está en nosotras y disfrazarla de empoderamiento femenino sanador, haciendo creer que para despertar y sanar nuestra feminidad hay que estar en contra del principio masculino (aun cuando en nuestras sombras nos acostemos él o tengamos el pasional deseo de hacerlo) o besar y beber de nuestra sangre menstrual para honrar nuestra feminidad, no se de muchos hombres honrando su masculinidad bebiendo su eyaculación hoy en día (sin dejar a un lado la posibilidad; muchos son los rituales de fertilidad que involucran los fluidos corporales, cada tradición es respetable en ese sentido y su trasfondo es válido) y aún, si esa es la frecuencia que permite la sobrevivencia (porque a veces hay actitudes y formas que son la más poderosa herramienta de subsistencia) no es necesario afeminar términos y palabras para acuñar una identidad femenina, so riesgo de terminar enredadas en un ciclo que no genera sanación sino repetición de patrones, aquellos patrones de lo que queríamos liberarnos y que pueden encontrar un lecho más fuerte que los sostenga, evadiendo con ello la posibilidad de re-crear y de dejar ir.
Seamos cuidadosas de en manos de quienes ponemos nuestra espiritualidad y empoderamiento femenino; seamos responsables, femeninamente congruentes, con quienes no brindan la confianza de colocarse en nuestras manos en su búsqueda personal de crecimiento y mejora.
Apapacho el alma de cada una de las mujeres que empoderadas re-crean una realidad plena y feliz para ellas mismas y con ello apapachan a almas femeninas futuras.

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