Inicia octubre de una manera un poco complicada, entre muerte y luna llena.
Hoy acepto que no estoy bien, que tengo duelos y que llorar es la manera en la que mi cuerpo disuelve el dolor.
Me pongo a pensar y observar, se que me duele pero no lo puedo comparar con el dolor de una madre que acaba de perder a dos hijos, a unas hermanas que han perdido dos hermanos, a una hija que ha perdido a una madre y un nieto que podrá recordar a su abuela sólo en fotos.
Y ese es sólo…
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