Hace unos días leía una más de las desafortunadas declaraciones del Procurador del Estado, Garza, al decir que no iban a implementar la llamada “Alerta Alba”, si no que iban a crear un mecanismo para buscar a TODOS LOS desaparecidOS, (así, en masculino) y entonces, creo que fue cuando entendí, que desafortunadamente, el encargado de procurar la justicia en este estado, no ha entendido absolutamente nada de su obligación de incorporar la perspectiva de género en TODAS y cada una de las acciones que emprenda.  Pero ¿qué es la perspectiva de género y porqué parece ser la gran ausente en la política pública de nuestro San Luis Potosí?

La perspectiva de género es una categoría analítica que agrupa diversas metodologías y mecanismos para la visibilización, análisis y estudio de las construcciones socioculturales identificando las diferencias propias para hombres y mujeres identificando el “deber ser” dentro de lo masculino y femenino que se traduce en las desigualdades en el acceso y ejercicio de derechos entre hombres y mujeres. Para alcanzar un desarrollo equilibrado urge establecer condiciones de igualdad de trato entre mujeres y hombres, y desarrollar políticas de igualdad de oportunidades. Esto requiere comprender las razones y los orígenes de la discriminación hacia las mujeres y TODO lo que suene a “femenino”. Pareciera ser que no se ha entendido que es OBLIGACIÓN del Estado impulsar y crear  programas, normativas, avances jurídicos y estrategias de comunicación destinada a subsanar las desigualdades existentes entre mujeres y hombres, y a prevenir su aparición en el futuro. Esto supone desarrollar una visión sobre los varios aspectos de la relación hombre/mujer con una perspectiva de género (que distingue correctamente el origen cultural de la mayoría de dichos aspectos) y plantear alternativas sociales para su resolución. Obviamente esto  requiere un profundo  análisis que explique la existencia de la injusticia, su persistencia y la complicidad de las propias víctimas en su perpetuación.

Una de las maneras más eficaces para eliminar las brechas de desigualdad son las acciones afirmativas que no son otra cosa que  aquellas medidas que pretenden establecer políticas que dan a un determinado grupo social, étnico, minoritario o que históricamente haya sido vulnerado a causa de injusticias sociales, un trato “preferencial” en el acceso o distribución de ciertos recursos o servicios  mejorar la calidad de vida de grupos desfavorecidos, para erradicar esas brechas de desigualdad alimentadas por perjuicios y eliminar  la discriminación de la que fueron (o siguen siendo) víctimas.

La cosa es clara, a las mujeres se nos desaparece y se nos asesina por cuestiones de género, esto debido a esas desigualdades culturalmente construidas, naturalizadas y hasta justificadas socialmente por la falta de esta perspectiva de género. Por eso es un GRAVE error que se piense implementar un protocolo igual para todas las desapariciones, eso, aparte de contravenir a la Sentencia del Campo Algodonero, invisibiliza la vulnerabilidad de las mujeres ante el escenario de violencia y dicho sea de paso, es una manera de violencia institucional. Sucede lo mismo con las voces detractoras del término “feminicidio” que es necesario visibilizar que a las mujeres nos asesinas por cuestiones de género, vamos, nos asesina esa persona que juró amarnos y con quien tuvimos algún lazo efectivo. Por eso, tampoco se puede pedir una “alerta para todos los géneros”, si, se entiende que es un reclamo ante la ola de violencia en donde toda la ciudadanía estamos en peligro constante, pero el sentido fundamental de la Alerta de Género es el entender que históricamente las mujeres hemos sido asesinadas por la única y exclusiva razón de ser mujeres.

No, desafortunadamente aún no somos iguales y por eso necesitamos estas acciones afirmativas, las cuales son temporales y lo ideal es que en unos años, no sea necesario seguir visibilizando estas grandes y mortales diferencias entre hombres y mujeres. Se los dejo de tarea …