Hace unos cuantos meses, casi a la par del encierro declarado en la pandemia, una visionaria emprendedora, designó un espacio a la semana para intercambiar y convivir.  El espacio debía ser virtual, con el riesgo de fallo en la tecnología, la invitación se hizo a una comunidad concreta, podría decir como un panal de abejas, donde muchas intervienen pero cada una está en su propia ocupación, todas solidarias construyendo un mundo más equitativo, más justo, más abrazador.

El propósito de las mujeres construyendo, era ahora trabajar la resiliencia; las bajas emocionales, el impacto de la distancia social, el reto de reacomodar rutinas, ingeniar nuevas maneras para impulsar la economía, hacer un tejido sólido, congruente con la realidad y resistente para la colectividad que tiempo atrás ya se tomaba de las manos.

Mujeres de varios países, con horarios múltiples, asignan los viernes por la tarde un espacio en la agenda para encontrarse en el café virtual; aunque se puede llevar vino, agua, cerveza, galletas o pasta, cada reunión es distinta, a veces hasta las mascotas llegan y comparten con recelo un poco de la intimidad en la familia.

Estar en zoom, es toda una aventura que trasciende y resuena en el corazón, hemos escuchado la tragedia, el dolor incontenible que ante los cercanos una mujer calla; aparece el coraje y la injusticia que se resiente socialmente como mujer; hemos llorado por historias que sacuden, por el estrés que a algunas les satura y hemos reído a carcajadas con las narraciones y vivencias, que denotan la riqueza en las culturas al ver la similitud de lo que nos hace humanas.

La mente también se abre, ante los desafíos que las profesionistas enfrentan, entre la política, los medios, las formas y los saberes, el rumbo que toman las perspectivas y los lenguajes, los derechos humanos, las transgresiones al feminismo, los argumentos que defienden los ideales y las consignas que vienen en la semana. Aprendemos de lo grande y de lo pequeño, de lo efímero y de lo importante.

Sorpresas también suceden, las piedras preciosas del café, aquellas mujeres que más allá de la conversación muestran talentos y habilidades, dominios exclusivos y dones manifiestos que despiertan la admiración, todos en un espíritu de solidaridad, de apoyo, de enriquecimiento y práctica… el café virtual de las mujeres construyendo resiliencia, ha tenido obras de teatro, cantos de ópera, la participación de figuras influyentes y obras literarias propuestas, exponentes proyectadas a webinars, conferencias e intervenciones en distintos ámbitos, invitaciones al emprendimiento y las posibilidades de  consolidarlo.

La magia del café es, que hacemos a un lado la tensión de nuestra lucha y se nos abren los ojos a las cualidades y al mundo de las otras, la genuinidad de convocarnos está a merced de lo que cada quien comparte y como nada es material, hay emociones, sueños, ideas, historias chuscas, proyectos, logros, frustraciones y experiencia sororal.  Es un espacio de nutrición al ímpetu, a la autoestima, la flexibilidad y apertura a lo que ofrece la amistad más allá de la frontera digital.

Las mujeres resilientes del café, con apego se convocan ya los viernes, se presentan como llegue el día y la hora, entre la pervivencia y el no dejar de preocuparse por un mundo mejor, en sus conversaciones no hay expectativas, solo la intención de interactuar por el ideal que comparten y que este espacio otorga al tener a su alcance la unión y el respaldo, mostrando modelos de comprensión a quien se siente atrapada, palabras de aliento a quien atraviesa por pánico, las porras y aplausos a quien comparte su logro, y el acompañamiento a quien va por una gloria. No importa quien eres, tu presencia es lo que vale, entre intuiciones femeninas un sorbo te reconstruye.

Los cafés virtuales convocados por LaClau, están programados para una hora que dura no menos de 90 minutos, y aunque también se recomiendan lecturas, series y películas, entre otros, se construyen sueños además de resiliencia, …algún día nos encontraremos en persona, viajaremos todas desde donde estemos.

Es probable que por ahí en la semana, en alguna de las redes sociales, escuches el zumbido de una de ellas, son sus tuits, artículos, conferencias, posts y vida cotidiana, son mujeres construyendo y trabajando, y como mujeres lo sabido es, que en cualquier rincón aportan y generan valor, el café que en este espacio se consume, es una buena alternativa para los tiempos que vivimos.