La historia está en su mayoría escrita y protagonizada por hombres, aunque tantas mujeres hayan sido parte fundamental de ella pese a tanta opresión y desigualdad.
Es emocionante e ilusiona saber que los tiempos van cambiando y que somos muchas las que estamos empujando para ello, que nuestra causa se va haciendo visible, que vamos ocupando los espacios que nos corresponden y rompiendo con categorías sospechosas que nos privan de tanta maravilla que la vida ofrece. Pero aún hay mucho por hacer.
En pleno siglo XXI, todavía vemos foros que hablan de mujeres sin mujeres como especialistas, un casi total número de celebridades de las letras, la política o la ciencia en su mayoría hombres. ¿Será qué no hay entre nosotras quien pueda ocupar esos espacios? o es sólo que este sistema patriarcal termina por dejar a la mujer fuera... y ni que decir sobre las mujeres con discapacidad, que todavía no estamos ni tan visibles ni tan en la jugada, pero eso ya da para escribir otras cuantas entradas, y ya lo iré haciendo próximamente.
Por ahora sólo me quiero enfocar a reflexionar un poco a propósito del día de La Niña y la mujer en la ciencia.
Según la organización para la cooperación y desarrollo económico, dos de cada 10 personas en el ámbito tecnológico son mujeres. ¿Será?
En 1993 Margaret W. Rossiter, historiadora científica acuñó el término "Efecto Matilda". Le llamó así en honor a Matilda Joslyn Gage, sufragista que vivió en la segunda mitad del siglo XIX, y en alusión al efecto Mateo que consiste en darle más crédito a un investigador conocido que a uno que no lo es.
El "efecto Matilda" señala ese olvido sistemático de las mujeres en la ciencia, esa desafortunada constante de atribuir logros de mujeres a los hombres.
Casos al respecto los hay por montones. Por egemplo Marthe Gautie, quien descubrió la causa cromosómica que ocasiona el síndrome de Down Y cuyo hallazgo le había sido atribuido a Jérôme Lejeume.
Es una pena pensar que en nuestros días aún suceden esas cosas, pero es esperanzador saber qué poner una pauta como esa en evidencia podrá desarticularla tarde o temprano.
Estamos en un momento histórico muy interesante en el que podemos modificar el curso de los sucesos y lograr que las niñas de ahora tengan un presente más bonito y un futuro más justo y prometedor.
Bastaría con una mirada apreciativa, realmente verlas a ellas y acompañarles en el logro de sus sueños.
Pero aún debemos ir más allá, se precisa mostrarles el mundo y nutrir y estimular su curiosidad para que tengan muchas opciones y elijan en cual quieren soñar.
Ésta entrada tiene un título en Son de pregunta, y aquí respondo:
Una mirada, apoyo y referentes, las tres. Mirarlas para que construyan su autoaceptación amorosamente, apoyarles para que vayan con paso firme a lo que desean, y referentes para que eso que desean lo puedan elegir entre muchas alternativas, no como antes que por los estereotipos de género se resumía a una sola opción que las colocaba en segundo plano.
Nuestras niñas pueden ser lo que quieran ser, y depende un tanto de lo que hagamos las mujeres qué ahora andamos buscando construir rutas más justas y gozosas.
No puede ser que luego de que una nena de 9 resuelva con destreza problemas matemáticos le digas que es lista y se sorprenda y lo niegue rotundamente, por ejemplo; y me sucedió hace poco.
Hurgando en la Red entorno al #11F, me encontré una campaña fantástica, #NoMoreMatildas, organizada por "AMIT", una asociación española de investigadoras y tecnólogas. Aquí el sitio de la campaña: https://www.nomorematildas.com/
Tienen tres cuentos maravillosos que hablan de qué hubiera sucedido si algunos científicos reconocidos hubiesen sido mujeres, y también hay un archivo de anexo con interesantes referentes femeninas en la ciencia.
Allí figuran mujeres como: Hildegard de Bingen, médica, botánica y cosmóloga nacida en Alemania en 1098, Angela Ruiz Robles, inventora española nacida en 1895, Inge Lehman, geóloga y sismóloga danesa nacida en 1888, Rosalind Franklin, química británica nacida en 1920, y más... ¿Las conocías?
Sigamos construyendo un mundo mejor para todas las personas. Alentemos a las niñas hacer lo que quieran ser y acuerpemos a las mujeres qué eligieron la ciencia como camino, o cualquier otro camino, para qué los obstáculos y prejuicios no las derriben.
Valeria Guzmán Díaz.
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