Un barquito con velas de colores al viento...

Así siento que viven un grupo de mujeres en esta ciudad monstruo... a cada momento naufragando, sobreviviendo, viviendo, amando en un mar de edificios... buscando

Me invitaron a un proyecto hermoso, quisiera contarles más pero hasta que no esté terminado creo que será mejor ir viendo como sale.  Si puedo contarles que quien me invitó es un gran amigo cariñoso que desde hace muchos años trabaja con poblaciones callejeras en una organización que camina como caracolito… lento pero seguro, persistente, dejando huellita, haciendo visible lo que vemos todos los días pero no vemos: personas jóvenes que viven en la calle, que como caracoles cargan su casita ahí donde están… Más info de la organización aquí (link) porque además están buscando voluntaria/os que apoyen en la figura de acompañantes para sus proyectos.

 

Llevo apenas unos días como observadora y me siento muy impactada. Estoy en un proyecto con mujeres… y si dejamos el romanticismo, el prejuicio, la lástima y todo lo que pase por sus mentes y que pasó por la mía quedan mujeres como yo, como tú, como nuestra mejor amiga, como tu hija, como mi madre… mujeres con una vida difícil (particularmente muy difícil para ellas en la calle) con amores, desamores y el profundo amor por sus hijxs…

 

Me tocó ir a verlas en el lugar donde viven, una de ellas apenas nos miró a la chica y a mi que íbamos acompañando al chico que trabaja y les acompaña. Después de un rato y que estábamos en otra “vivienda” nos llamó y nos invitó a entrar: había arreglado su espacio, como cuando yo arreglo el mío y en una esquinita observé una caja a manera de cómoda… había un perfume, un cepillo… esas cosas que tenemos todas las mujeres. En el campamento tienen, aún compartido un reclamo de intimidad con un lazo y un trapo hay un espacio íntimo para ellas… como todas nosotras que, diría Wolf: ecesitamos un cuarto propio. Esa defensa de la dignidad que tenemos las personas: mi espacio vital, mi forma de arreglarme...

Me fui de ahí invadida de imágenes, de olores, de sus palabras sobre la solidaridad para otra chica que vive en otro espacio y de su hijo que instituciones le quitaron… porque viviendo en la calle, no falta quien les “quita” a su hija/o en lugar de darle condiciones para la madre y su hijo/a (que el apoyo debería ser integral) y que no han cometido delito alguno… solo vivir en la calle y eso nadie, ni un adulto ni un niño debería hacerlo… pero es complejo, muy complejo…

 

Luego, trabajé con ellas para que fueran ellas quienes decidan qué tipo de dibujo haré yo para el proyecto y estuve con Angie otra chica que apoya a El Caracol en un proceso de educación con mujeres que viven en la calle. Hablamos de amores, de colores, de dibujos… En un primer momento las seis (cuatro mujeres que viven en distintos lugares en la calle, Angie y yo) hablamos de qué entendemos por amor  y la felicidad, luego ellas cuatro hablaron de sus hijos que no están con ellas, con sentimientos y procesos diferentes, todas historias durísimas… se volcaron en el amor de madres.

 

Les pregunté que les hizo enamorarse de aquellos hombres:

-me decía que era bonita, me regalo una flor, me hizo sentir importante por primera vez en mi vida

-me gusta cuando duerme a mi lado… me siento protegida

-me sentía necesitada por él, sentía que era especial para él…

-hace bien su chamba!... y me hacía enojar pero tenía algo… 

-el amor de mi vida no es el padre de mis hijos… con el compartía todo, lo que queríamos hacer, luego se fue a EEUU y no volvió…

 

Así… como las platicas que tenemos mis amigas y yo… Luego hicimos dibujos y pusimos colores a nuestros sentimientos, nos dibujamos el mapa en nuestros cuerpos, dónde sentimos esos colores, donde los sentimientos:

 

-el dolor de que ya no me quiera para mi es rojo

-cuando me siento junto a él es como el amarillo…

-a mi me gusta el negro…

 

Y así, estuvimos en una islita toda la mañana esas mujeres y yo… naufragando en una ciudad monstruo, recordando, sonriendo y doliéndonos… dibujando, pintando… comadreando pues…

 

¿Ustedes donde sienten la emoción de verle? ¿de que color es su amor? ¿su desamor? ¿su felicidad?... 

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Comentario

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Comentario de Margarita Nava el agosto 3, 2015 a las 7:44pm

Querida Angie:

Es una maravillosa oportunidad que mucho agradezco. Aprendemos juntas. Abrazo fuerte navegante de esta ciudad ;)

Querida Mariel:

Conociendo al Caracol ya sabes lo lindo y fuerte que es el trabajo de caracoles... abrazo fuerte querida y seguimos!!! ;)

Comentario de Angie Contreras el julio 30, 2015 a las 1:37pm

Querida Margarita:

Me encanta el trabajo que estas realizando, es un grupo de mujeres y niñas pocas veces tomado en cuenta y que sufren de muchas injusticias, marginación, violaciones, etc.

Y respondiendo a tú pregunta, para mí el amor a veces se pone morado, nunca he visto el amor con el color rojo, al menos eso recuerdo.

Creo sin duda que el resultado de este proyecto va a ser maravillo y espero seguir leyendo sobre este, sus avances, sorpresas y lo que vas viendo poco a poco.

Por cierto me encanto la entrada “Así siento que viven un grupo de mujeres en esta ciudad monstruo... a cada momento naufragando, sobreviviendo, viviendo, amando en un mar de edificios... buscando” sin duda todas las mujeres nos sentimos así.

Comentario de Mariel García el julio 27, 2015 a las 11:07am

Qué inspiradora alianza – Magos con los caracoles! :) También he vivido algunas de las experiencias más fuertes de mi vida con ellxs. Conocer a quienes ignoramos siempre en la calle es algo que transforma la percepción de nuestro ambiente, y siempre les agradeceré haberme ayudado a empezar esas interacciones.

Ya me imagino el rato de taller contigo y sospecho que fue un día realmente rico para todas. Espero haya muchos más así :)

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