Valorar lo que haces, cómo lo haces y estar seguro de esto, permite que otros también encuentren el valor de tus talentos. Cuando empiezas a trabajar, obvio por la poca experiencia que puedes tener, tu primer sueldo no será muy alto. Con el tiempo, conforme vas aprendiendo y demostrando tus capacidades, este sueldo irá subiendo. Al igual que un emprendedor que pondrá valor a lo que ofrece, con la experiencia, acreditaciones, desarrollo y crecimiento en tu empresa, podrá ir incrementando tu ingreso o los precios de tus servicios. Esto funciona siempre y cuando tú así lo creas y te mantengas firme.
Recuerdo que cuando me salí de trabajar 1 año para poner un negocio, que por muchas razones no funcionó, regresé al medio financiero. Como estaba desesperada por encontrar trabajo, acepté la primer oferta que me hicieron, que era muy baja, comparada con los años que tenía de experiencia. Durante el año que estuve en la organización, logré recuperar no solo tranquilidad sino seguridad de que lo que yo hacía tenía más valor. Cuando la empresa dónde trabajaba antes de poner mi negocio, me ofreció regresar, fue una buena oportunidad para que me pagaran el sueldo que en ese momento me correspondía.
Cuando decidí ser independiente, la primer duda que asalta al nuevo emprendedor, es cuánto cobrar, y mucha gente alrededor, me decía que tenía que empezar cobrando poco porque era algo que apenas iba a comenzar a hacer. Sin embargo, lo primero que me vino a la mente, es los 18 años que tenía de experiencia, después las acreditaciones que fui obteniendo. Mi negocio ha crecido en estos años y así con el tiempo el valor de los servicios que ofrezco.
Siempre hay alguien que quiere pagarte menos por lo que haces, y se vale, en el pedir está el dar. Sin embargo, si tu crees que tus servicios tienen un cierto valor, y accedes cuando otros lo disminuyan ofreciendo menos puede ser un error. Yo entiendo que nadie está peleado con el dinero, pero a veces olvidamos el esfuerzo, empeño, dedicación, preparación, horas empleadas que las personas le invierten a lo que hacen; todo eso tienen un valor. Lo que pasa después, es una situación que al no sentirte cómodo con la negociación, acabas trabajando forzado, sin motivación ni ánimo y si ya te comprometiste, no puedes dejar a medias tu compromiso.
Cuando alguien ofrece pagarte menos, entonces puedes ofrecer menos valor, si es que te lo permite lo que ofreces. Imagina comprar una bolsa de marca, que a menos que la pongan en oferta, aun que hay marcas que nunca lo hacen, de todos modos la gente las compra porque reciben a cambio, calidad, status, prestigio, etc. No me imagino que las personas pidan una bolsa sin asas para agarrar, o sin cierre o adornos, con tal que les salga más barata.
Si lo piensas desde ese mismo punto de vista, piensa antes de bajar el precio de tus servicios si el valor que ofreces es extraordinario. Como bien te digo, si tú no valoras lo que haces en primer lugar, otros tampoco lo harán. Por si las dudas, esto no quiere decir que seas flexible y que no consideres opciones dónde puedas tener oportunidades y futuro crecimiento, siempre y cuando tu te sientas cómodo con eso y sientas que no estás devaluando lo que haces.
Foto “[Dreamstime/ [Vladislav Gajic]”
Ale Marroquín, es consultor en imagen y protocolo de negocios. Certificada por la Asociación Internacional de Consultores en Imagen (AICI) como FLC (First Level Certificate). Con casi 20 años de experiencia en áreas de ventas y relaciones con clientes, Ale Marroquín, asesora a las personas para transformar sus habilidades en áreas de comunicación, liderazgo, comportamiento, actitud y apariencia profesional. Acelerando el potencial de las personas. www.alemarroquin.com twitter @a_marroquin
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