Este texto es un fragmento de la charla que di el martes en la Universidad Santa Fe para promocionar la Maestría en Sexualidad.

 

Sexualidad desde lo digital o pueden decirles a sus amistades, vamos a hacer sexting.

 

Cuando digo que hago sexting hay dos reacciones, bueno varias:

  • Quienes me ven con cara de, eso qué significa. Ventajas de este gusto ingles parlante.
  • Quienes me ven con cara de cristo bendito.
  • Quienes les brillan los ojos con mil preguntas.
  • Claro quién quiere hacer sexting, pero no se anima y no falta quien si se anime.

 

Una de mis actuales luchas, así en lenguaje bélico es hacer entender a la autoridad que el sexting no es delito y que la prevención implica educación no asustarlos con el coco.

 

Regresemos a lo que comentaba al inició pensé varios días en el nombre de esta charla y desde el título tuve un conflicto, hablar de sexualidad desde lo digital implica hablar de un montón de temas,

 

  • Sexting
  • Consentimiento
  • Uso de tecnología con fines sexuales
  • El algoritmo
  • Más sexting
  • Seguridad-privacidad
  • Libertad de expresión
  • Confianza con quien interactúas
  • Corporalidades
  • Más sexting

 

Y aunque el sexting puede ser el gancho para mantenerles atentas y atentos, de hecho, hoy por la mañana tweet que iba a contar anécdotas de sexting en esta charla, si nos alcanza el tiempo se arma, pero a lo que voy es que la sexualidad desde, haciendo uso producida, desarrollada, desde los espacios y para lo digital implica hablar de todo eso y más, de ética, de autonomía, educación.

 

Solo para que se den una idea, imaginen el problema que tenemos si aún no sabemos cómo hablar de sexualidad ahora llevarlo a lo digital.

 

La idea es motivar algunas reflexiones o moverles la inquietud

 

[…]

La tecnología ha traído avances, pero reproduciendo estereotipos de género, laptops rosas que las ofrecen como tecnología de fácil uso para las mujeres, dildos rosas que se ajustan a las manos de las mujeres y que miden el tiempo que tardas en llegar al orgasmo y el tiempo que dura, robots que cumplen funciones de servicio y cuidado como enfermeras, pero también las que asumen la función de “novias” –parejas sentimentales- para cuidar y acompañar a sus compradores.

 

Debemos entender una diferencia, la tecnología no es machista, un robot, dildo o cualquier aparto tecnológico hará lo que se le indicó en su programación por lo cual la programación depende del humano es decir los estereotipos que tenemos precargados los reproducimos las personas. Pero también está el algoritmo, lo que va aprendiendo la máquina.

 

La tecnología debe de pensar en las mujeres, al sexo y su placer no solo como portada de los empaques, la tecnología reproduce y usar este placer.

 

Ahora me pregunto, cómo la reproducción de estereotipos nos está diciendo cómo debemos de sentir –placer- en el caso de los juguetes sexuales, cómo estos juguetes sexuales reproducen la liberación sexual y los derechos sexuales de las mujeres y cómo debemos reproducir nuestra imagen “femenina”.

Pero también el placer sigue teniendo un rostro femenino desde este cliché, muñecas, robots disfrazadas de enfermeras, colegialas, no quiero caer en una discusión puritana vs liberal, pero se sigue reproduciendo la idea que en la sexualidad nosotras estamos para dar, servir mas no para recibir.

 

Y también implica hablar de corporalidades, si bien es sabido que ciertas imágenes son censuradas en las redes sociales, también está el baneo o la autocensura a aquello que no toleramos ver.

 

¿Quién decide qué si es visto y qué no, la computadora?, no

 

Seguimos privilegiando ver lo bonito y con lo bonito quiero decir que hemos llevado a lo virtual los patrones de belleza.

Entonces los cuerpos siguen siendo oprimidos.

 

La práctica de sextear no es nueva antes eran cartas con descripciones explicitas o mucho eufemismo.

La popularización, el fácil acceso (bajos costos) a teléfonos inteligentes, esta práctica es más común, no imagino una pandemia 2020, 2021 y continuación sin internet y sin sexting

pero repito, si no hablamos de sexualidad menos de sexting.

Hay quienes creen que el sexting seguro no existe pues a esas personas déjenme decirles que el sexo seguro 100% tampoco existe

 

Pero el sexting plantea un reto aún mayor, si confianza, consentimiento, acuerdos, pero dos cosas que me encantan:

Autonomía, como yo decido si quiero enviar la imagen de mi cuerpo desnudo o no, en que formato y a quién.

Ambas vías, yo envió tu envías. El sexo como se ha reproducido plantea que el cuerpo femenino solo está para recibir y el masculino para dar, el sexting es un intercambio, un dialogo, se tiene que hablar de lo que se quiere con la persona con la que se va a realizar.

 

¡Que viva el sexting!

 

 

 

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