La falta de autenticidad en cómo eres y lo que quieres proyectar, afecta directamente cómo otros te perciben e influye para lograr alcanzar tus metas. Las personas no deciden dejar de ser auténticos, simplemente olvidan que la clave principal es ser uno mismo y que hay que explotar los talentos personales, esos que nos hacen únicos.
Una de las razones que he visto por las que las personas intentan ser otra persona es por que se sienten intimidados por alguien cercano que ha logrado destacar. Piensan que si a ellos les funciona ser así, entonces hay que intentar hacer lo mismo que ellos están haciendo. Esto puede ser inspirador y provocar que intentes mejorar, el problema es cuando te esfuerzas demasiado en parecer quién no eres. Esto puede hacer que te veas inseguro y que tus acciones, movimientos y formas no se vean auténticas ni naturales y por consecuencia frene tu crecimiento profesional.
Entonces viene la frustración y la comparación, está última nada sana, por que todo mundo es diferente y de eso se trata hoy en día, de sobresalir a través de tus valores y atributos que te distinguen no que te hacen igual a los demás. Cuando te empiezas a comparar con el de al lado, olvidas para qué eres bueno, dejas a un lado lo que puedes explotar por concentrarte en ser algo que no eres. Esto provoca que seas del montón, que nadie te note o que nadie te la crea tan fácilmente.
Uno de mis clientes me pidió que trabajara con una integrante de su equipo que no estaba logrando proyectar consistentemente su mensaje. Sentía que estaba muy forzada y que no entendía realmente qué objetivo real tenía en la compañía. Le parecía que tenía talento pero estaba muy confuso el cómo lo estaba tratando de transmitir. La frustración vino cuando ella empezó a reclamar que no la tomaban en cuenta para proyectos y que no entendía por qué.
Hicimos un análisis de la situación dónde ella comentó que en realidad prefería vestir más formal que otras personas en su área, pero sentía la presión de verse fuera de lugar. Al no estar cómoda a la hora de vestir, su actitud no era la misma, sus movimientos se veían mas inseguros y su personalidad se minimizaba.
En el instante en que definió cuáles eran sus valores, metas y talentos que la distinguían, empezó a vestir de acuerdo a estos lineamientos y a sentirse más segura y única. Automáticamente, sus gestos fueron más seguros, sus decisiones tomadas más certeras y empezó a proyectar mayor credibilidad.
Otro de mis clientes estaba frustrado por que le pidieron que al comunicar, tratara de ser más concreto. Una de sus cualidades al hablar es su tono de voz y ese sentimiento de que es muy accesible. El problema empezó a darse cuando al intentar ser más concreto, su comunicación se volvió demasiado formal y plana, cambió su lenguaje no verbal y eso empezó a alejar a la gente que lo escuchaba, intento ser lo que no era.
Confundió completamente el ser concreto con demasiada formalidad y seriedad y perdió su estilo personal. Si no entiendes quién eres, a dónde vas, cuáles son esos atributos que te hacen único y cómo proyectarlos a través de tu apariencia, comunicación y comportamiento, no podrás daptarte a diferentes situaciones, retos y ambientes.
Tu esencia no cambia, lo que adaptas es tu estilo dependiendo del lugar en el que estés. Solo tienes que alinear ese mensaje personal a la situación en la que te encuentras sin intentar robarle a alguien más sus pasos. Eso influye en tu autenticidad y repercute directamente en tu desarrollo profesional.
Foto: Dreamstime
Comentario
Gracias Claudia, qué confusión verdad? Ojalá y todos traten de ser diferentes en lugar de que intenten imitar a otros. Gracias por tus comentarios.
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