¡Hola a tod@s!
Como lo he expresado en post anteriores, me gusta hablar y discutir sobre cuestiones relacionadas al género. Siempre estoy leyendo notas, blogs y publicaciones que me permitan abrir la mente y aprender más sobre el tema.
Nuevamente encontré en el blog de Angel Cup (copas menstruales) una interesante nota denominada -“Los niños no lloran”, “El rosa es para niñas” y otros estereotipos que deben terminar”- en la que trata el tema del género.
Me gustaría retomar algunos párrafos que nos permiten pensar sobre la temática en cuestión.
El sexismo debe desaparecer, tanto para mujeres como para hombres. La desigualdad de género nos afecta negativamente a todos, porque refuerza los estereotipos negativos en las mujeres y porque desalienta a los hombres de ser emocionalmente vulnerables (entre muchas cosas más). Y, sí, a las mujeres se nos deben dejar de decir infinitas cosas; pero con los hombres debe ser de la misma manera.
¿Por qué decirle a un hombre que se corte el pelo?, ¿acaso el dejárselo largo lo vuelve femenino? Y, ¿por qué, entonces, que un hombre sea femenino es tan malo y condenable?
A la gente le encanta también decir cosas como: “Corres como una niña”, “lanzas la pelota como una nena”, “pateas el balón como una señorita”. Y espero que todos estemos de acuerdo con que está mal hacerlo. En primer lugar, se alimentan los estereotipos en torno a que la mujer es mala en los deportes o que es más débil que el hombre; segundo, ¿por qué motivar a los hombres insultando a las mujeres? Un hombre puede ser lo que quiera ser, y no tener habilidad para los deportes no vuelve a nadie menos hombre o más mujer.
Por ahí cerca está también la frase: “Los niños no lloran”. Por alguna razón nuestra sociedad decidió que los niños deben ser y, si no, por lo menos, deben mostrarse menos vulnerables que las mujeres. Entonces, los hombres no deben expresar sus emociones, sino guardárselo todo. Los hombres reprimidos y tristes, ¿no es posible que se conviertan en hombres tóxicos y violentos? Obviamente es mejor que la idea de ver a un hombre llorar.
Como no nos conformamos con las anteriores, tenemos también la frase: “El rosa es para niñas”, acompañada de: “El azul es para los hombres”. Frases que, en realidad, no aparecieron sino hasta 1980. Parece que, en 1900, los hombres usaban más rosa que las mujeres y las mujeres, se vestían más con el azul. El rosa era considerado más masculino que el azul. Pero entonces, llegó alguien y redujo cada tono del arco íris a un simple color de género.
Sí, tal vez la frase de los colores pueda ser la más absurda, pero quizá no sea la peor. En inglés, la frase “Boys will be boys”, traducida en algo como “Así son los hombres”, podría considerarse la más mala de todas. Porque puede volverse peligrosa. Para empezar, sugiere que los comportamientos de hombres y mujeres deben ser vistos desde distintos estándares. ¿Acaso no estamos contribuyendo, con frases como ésta última, a culpar a las mujeres por las acciones de los hombres? ¿No les estamos diciendo a los hombres que no deben disculparse por nada, que las que debemos disculparnos somos nosotras? Esta frase condiciona a los hombres a creer que no tienen ningún poder sobre sí mismos, que el auto control significa debilidad y que tienen todo el derecho de reclamar el perdón de la sociedad por el simple hecho de ser hombres.
Cuidemos nuestras palabras. El sexismo empieza por las cosas que decimos, y de esta misma manera debe terminarse. Tanto para hombres como para mujeres.
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