Se acabó el increíble viaje a Islandia y como les prometí y como algunos me lo pidieron aquí les cuento qué tal estuvo. Aunque estuvimos investigando bien antes de ir en internet a través de varios medios, nada supera haber estado ahí para verlo en vivo. Los paisajes, las cascadas, los riscos y las vistas escénicas son espectaculares. Al final de la redacción les comparto algunas fotos.
Lo que aprendí: la gente es extremadamente amable y atenta. Todos están dispuestos a ayudar y con una sonrisa, aunque estén estresados se salen de lo normal para ver que estés bien atendido. En un pequeño Bistró en medio de una población cerca del lago Myvatn, pedimos un platillo sin queso (mi marido es intolerante a los quesos) y cuando lo trajeron, se les olvidó quitárselo. Cuando hicimos la observación, pidieron una disculpa, fueron a preparar uno nuevo y nos avisaron que tendríamos un descuento por el error. Como este detalle, podría mencionar varios, como cuando al entregar el coche que rentamos (manejar por nuestra cuenta alrededor de la isla es lo más recomendable en nuestra opinión, en lugar de ir en grupos grandes en tour establecidos), cuando llenamos el tanque de gasolina por alguna razón le faltó quedar completamente lleno, el que recibió el coche nos estaba por decir que íbamos a tener que pagar extra por este detalle justo cuando le hicimos un observación que el radio nunca funcionó, se alarmó y comentó que por esa falla no nos iba a cobrar extra por lo que faltaba de gasolina y porqué también entregamos el coche unos minutos tarde.
Agradecimos todas estas atenciones, sin poder evitar comparar cómo todos salimos contentos cuando en nuestro alrededor y vida cotidiana, la gente suele no ser amable, no acepta sus errores y trata de delegar la culpa en ti o en tema de viajes en el turista. Cabe mencionar que no aceptamos el descuento del Bistró, fue suficiente ver la buena voluntad para reconocer que fue un error involuntario y no se trataba de no pagar la cuenta completa.
Otra cosa que aprendí, es que en Islandia no hay propinas. La gente es así de amable y no porque esté esperando a que le des su gratificación. Estuvimos haciendo nuestras indagaciones, unos decían que tenían varios trabajos para ganar bien, porque Islandia es extremadamente caro, hasta para el mismo habitante, tienen un impuesto casi del 40% de sus ingresos, y pues para ganar y vivir bien hay que trabajar más, además se quejaban de la crisis económica del 2008 y como les había afectado en recortes de empleos, etc. En otro lado supimos que sí les pagan bien y que Islandia es caro porque es una isla que tiene que importar casi todo. Al final, lo increíble sigue siendo la buena voluntad de las personas de ser atentos y dar una buena cara.
En Islandia hablan islandés, y su segundo idioma es inglés, y parece ser que absolutamente toda la población lo habla, así que no tuvimos ningún problema de comunicación. Todo mundo estaba preparado para atender al turista en ese idioma.
Su moneda es el Kron, que para que se den una idea aproximadamente 1000 Krones son como 10 USD. Había que tomar en cuenta la conversión para saber cuánto estábamos pagando, sobre todo cuando te decían, son 10,000 krones, mentalmente te imaginas un montón de dinero y no necesariamente era tanto. ¡Lo fácil del viaje es que en todos lados aceptan tarjeta de crédito! Así es, increíble pero hasta en los baños públicos puedes pagar con tarjeta.
El respeto a las reglas y los límites de velocidad también nos sorprendió. Nunca vimos patrullas rondando las carreteras y el limite de velocidad era de 90 km/hr y puedo decir que la gran mayoría lo cumplía. Sólo en una carretera cerca de la capital Reykjavik, había cámaras de velocidad, pero en el resto no y te sorprendía cómo todos intentaban cumplir con los límites de velocidad.
Así mismo en los parques nacionales, no hay guardabosques o personas viendo que se cumpla el orden dentro de estos. En el centro de información hay gente que te da indicaciones, pero ya dentro del lugar, no veías más personas. Islandia es un lugar muy atractivo para campistas que por todos lados los ves viajando con sus casas de campaña, en bici y acampando por doquier. La gente recoge toda su basura y cuida el orden por donde visitan, con todo y que vimos pocos basureros, es increíble lo limpio que lo mantienen y todo sin tener al vigilante o policía observando e imponiendo su autoridad. En la mayoría de los baños te cobran por entrar 200 Krones, y tal vez por eso también siempre se mantenían bastante limpios. No veías a la gente de limpieza al rededor, eso hacía que asumiéramos que la gente respeta y mantiene el orden.
Todos cuidando los lugares que cuando fuimos al glaciar de Langjokulsvegur, y entramos dentro de una cueva dentro de este, nos explicaron como un glaciar se tardó casi 300 años en formarse y ahora en 10 años han visto cómo se ha ido reduciendo de forma considerable. Te hace pensar y realmente te crea conciencia de que tenemos que cuidar nuestro medio ambiente y nuestro entorno. Increíble pensar que gente como nuestro vecino de arriba, decide no cooperar en proteger el ambiente cuando es un trabajo para todos y de todos y lo que le vamos a dejar a nuestros hijos, nietos y próximas generaciones.
En Islandia puedes tomar agua de la llave, cristalina, pura y limpia, puedes tomar agua directo de las cascadas sin miedo a contaminarte. ¡Imaginen que eso pudiéramos hacer en nuestro país!
Las distancias entre cada lugar podrían ser de hasta 35-50 kms. y como casi 2/3 partes de la población están concentradas en la capital, podría haber muchos espacios sin estaciones de gasolina. Casi al final de nuestro recorrido, en la parte oeste por la península de Snafellsnes, nos quedamos en unos apartamentitos, justo debajo de una zona de lava que para llegar ahí eran 2 kms a la próxima gasolinera. Al llegar a la estación, sólo había dos bombas de gasolina y una casa como desierta. Como les mencioné en todos lados aceptan tarjeta, sólo que descubrimos que las nuestras no se aceptaban automáticamente en la bombas de gasolina. Así que teníamos que pedirle a los que atendían las tienditas de conveniencia junto a las estaciones, que abrieran la bomba y ya después nos cobraban en caja. Pues resulta que en este lugar remoto, ya eran como las 8 pm y no había nadie en la estación, si es que era eso porque se veía abandonada. Sólo nos quedaban como 30 kms de gasolina, si es que era mucho y no sabíamos para dónde podría haber otra gas.
Otra cosa que no he mencionado, es que el sol se metía alrededor de las 11 pm y volvía a salir a las 4:30 am. Así que en medio de la nada, pero con luz, decidimos ver si alguien pasaba por ahí y nos ayudaba pagando con su tarjeta y nosotros le daríamos el efectivo, que sí traíamos, pero no se aceptaba en estas bombas. Y así corrimos con suerte casi inmediatamente, un grupo de tres coches con unas personas de India, pero que vivían en Dallas, estaban igual que nosotros. Sólo a uno de ellos les faltaba gas, y pues entre todos sacaron sus tarjetas hasta que una funcionó y ellos firmaron y nosotros les dimos el dinero, así pudimos cargar gasolina. Otra vez una lección de amabilidad y buena voluntad. Un grupo de personas que nunca en la vida habíamos visto y quizá no volvamos a ver, decidió ayudarnos.
Los viajes ilustran y hay miles de contratiempos, el peor para nosotros fue el regreso, que al llegar al aeropuerto de Reykjavik a las 8 am nos enteramos después de una hora de fila que el vuelo estaba atrasado 4 horas, nos hubiera encantado que la aerolínea de Air Canadá, nos lo hubiera comunicado pero nos dimos cuenta ya que preguntamos pensando que nos iba a dejar el avión. Estuvimos 28 horas desde que llegamos al aeropuerto hasta que pudimos llegar a México por retrasos, por que el avión se desvió a otro aeropuerto en Londres, Ontario para aterrizar por mal tiempo en Toronto, y al mantenernos dos horas dentro de éste, sin poder bajar (después de casi 6 horas de vuelo) para de ahí ya volar a Toronto y hacer cambio al vuelo que teníamos a México. Así es la vida del viajero, contratiempos como estos siempre aparecen, y no te queda más que dar buena cara, porque enojarte con la aerolínea o los empleados de ésta, no iba a hacer que otros evitaran perder sus conexiones o que llegáramos más rápido. Lo único que faltó es que nos comunicarán correctamente lo que estaba pasando (este es tema de otro blog).
Toda este viaje me hizo reflexionar en lo que proyectamos culturalmente y como líderes en nuestro entorno:
Me iré recordando de más anécdotas y en otras publicaciones las puedo compartir, por lo pronto les dejo esta probadita de uno de los lugares más espectaculares que he conocido, que te llena de energía, de ganas de regresar a trabajar (así que cualquier recomendación de tu parte para que yo aplique mis energías será bienvenida, vengo inspirada así que si sabes de alguien que le interese una conferencia o taller o simplemente que le apoye en su liderazgo y presencia ejecutiva, avísame), y de ganas de compartir con un granito de arena para que todos podamos ser mejores personas.
Te comparto una probadita de algunos lugares que visitamos aunque si quieres ver más fotos, te invito a visitar este link http://www.alemarroquin.com/2017/08/05/regrese-de-islandia-y-lo-que...
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