Desde que nacemos empezamos a incorporar en nuestra estructura cerebral un listado de palabras que poco a poco van adquiriendo un significado a medida que lo asociamos con variables como el tono de voz y la expresión facial de los adultos más cercanos a uno. Empiezan las emociones que al menos químicamente ya conocemos desde la etapa intrauterina. 

Dentro de la larga lista de palabras que flotan en el espacio de nuestra inicial existencia el  "No"  reina como un gobernante supremo. Y así empieza la incorporación de un modelo que nos programa para el fracaso.

-No llores.

-No te metas la mano en la boca.

-No comas esto o aquello.

-No seas tonto.

-No seas débil.

-No seas flojo.

-No...No....no...

Así, el programa introduce sus tentáculos en nuestro cerebro y en nuestro sistema inmunológico que guarda recuerdo químico de todas las emociones registradas. Poco a poco la organización mental establece el patrón de todo "lo que NO queremos" y todo se basa en enfocar lo que te molesta, lo que no soportas, lo que no es negociable, lo que no es para ti, lo que no quieres que te pase... Y así, nuestra estructura  neuronal  se interconecta para producir químicos acordes con ese estado emocional  y enfoca  el  NO como pilar central de nuestra forma de ver, percibir e interpretar el mundo que nos rodea. 

Es allí, cuando encontramos una realidad que rechazamos pero que asumimos con resignación como si la vida nos hiciera las cosas por castigo de un ente externo. 

La verdad es si somos de los que pensamos en función de lo que no queremos... pertenecemos al ejercito de los creados para el fracaso. El sistema operativo mental  siempre se encargará de generar el campo vibratorio para proporcionarte lo que rechazas o desapruebas porque tu enfoque mental y tu energía (pensamiento + sentimiento) están utilizadas en el No.

¿La solución? Desaprender de forma consciente y reprogramarte para enfocar tu energía en lo "Que quieres". Erradicar el no y empezar a crear palabras y emociones asertivas.

Por ejemplo si voy a decirle a mi hijo: ¡Eres un flojo! le digo: Vamos a crear un plan para que estés motivado.

Nada escapa de la energía, nuestro enfoque es el inmenso magneto que atrae lo que piensas, sientes y dices. De tal manera que el trabajo consiste en borrar las memorias dolorosas y de negación incorporadas desde el inicio (incluso codificadas en nuestro ADN ancestral)  y re-aprender e incorporar  un programa que se llame: Éxito.

La realidad es producto del enfoque tuyo. No hay destino, eres tú el que escribe las líneas de tu historia. Dios te ha dado libre albedrío para que hagas lo que quieras hacer. La elección es personal y libre: Feliz o infeliz...Fracasado o exitoso depende de tu enfoque.

 

 

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