A menos de un mes de las elecciones del 6 de diciembre, puedo ver el silencio que nace de la desesperanza de un pueblo dividido a consecuencia, entre otras causas, de las diferencias de clases sociales imperantes antes de la llegada del comandante revolucionario. Chávez, fue la respuesta a la realidad de aquellos momentos; él y su equipo encontraron el caldo de cultivo perfecto para instalar su sistema político basado en sacarle la punta al lápiz de los viejos resentimientos sociales de la clase desfavorecida, generando un clima violento y caótico que ha profundizado su sucesor. Su ansia juvenil de poder le permitió enquistar en Miraflores, sus directrices, y, desde allí, "ser como uno más" de los que han llegado al poder y luego se han envilecido en el curso de la historia del mundo. "La metamorfosis" del hombre cargado de utopías, de promesas de igualdad, de derechos humanos, de erradicación de la pobreza, de protección de niños abandonados para convertirlos en ciudadanos dignos, no se hizo esperar... De Ángel guardián de los pobres paso a procrear un movimiento cargado de odio visceral. Alentar el resentimiento no era la respuesta para que Venezuela floreciera de los horrores pasados...solo era la respuesta para crear un estado de anti-valores y anarquizar la conducta de los pobres valiéndose de su ignorancia para utilizarlos con el falso discurso del gobierno del pueblo. Nos han utilizado como niños indefensos, han jugado con las emociones de una fracción del pueblo que se sentía inexistente, pero la verdad, es que esto no ha sido un gobierno del pueblo ni para el pueblo. Ha sido un gobierno que ha usado al pueblo contra el pueblo. Mientras ellos se sientan a comer caviar y dilapidar nuestros recursos, nosotros les hemos servido como en la época romana, de distracción mientras nos matamos a nosotros mismos. La cúpula imperante en el poder venezolano esta vez ha sido menos circense que los emperadores romanos embebidos de poder, prefirieron la calle en lugar de un coliseo.
Una sociedad no se recupera pensando que la amnesia ciudadana es una idiosincrasia, hay que asumir responsabilidades y recordar que el fenómeno revolución del pueblo fue generado por los errores gravísimos que existieron en los anteriores gobiernos de la democracia venezolana. Hay que buscar soluciones viables e imperecederas que garanticen una salida de este estado caótico y nos permita recuperar la estabilidad socio-económica y política interna y garantizar nuestro lugar dentro del tablero mundial para recuperar la credibilidad internacional del país.
Ha sido un alto precio, el que hemos pagado todos; porque la revolución no nos llevó hacia el desarrollo, nos ha llevado a una especie de realidad pre-cultural donde el concepto de igualdad radicó en hacer de la pobreza una moda. La erradicación de las clases sociales imperantes en el pasado fue sustituida por la pobreza totalitaria de los venezolanos y en una clase poderosa económica, social y políticamente representada solo por la cúpula gubernamental.
En contraparte, La oposición venezolana toma una actitud conocida por los que tenemos cierta edad para recordar y entender, que pidiendo el voto con la promesa de acabar con los errores del otro bando...no conseguirá mover a la resignada y asustada población, que sin ver más allá, gasta sus energías en quejarse de los males de la superficie: el desabastecimiento generalizado en todos los niveles que impide cubrir las necesidades básicas del hombre y la inseguridad...
Me da la impresión que los políticos de ambos bandos continúan viendo a la población venezolana como los peones del tablero de Ajedrez. Los venezolanos necesitamos un cambio, pero necesitamos un cambio REAL; cambiar de color de camisa o cambiar el discurso populista e involucionado comunista por el discurso populista involucionado capitalista no nos da respuestas. No nos sirve unos dirigentes vestidos de egolatrías narcisistas que se pongan alpargatas para que el pobre se vea en su espejo falso, pero tampoco nos sirve unos dirigentes que intenten llegar al poder con papel de víctimas y luego resulten lobos con piel de cordero. No se trata de ustedes políticos... que detrás del telón se sientan, pactan y se venden cual prostituta al mejor postor... ¡se trata del pueblo! ¡Se trata de una nación con historia que hoy está siendo subyugada, destruida desde su simiente! Esa simiente, somos los ciudadanos, ¡nosotros los ciudadanos de a pie! los que salimos a trabajar y no sabemos si la despedida de la mañana es la última. Nosotros los ciudadanos que vemos como nuestros niños, nuestros adolescentes han crecido en medio de discursos tan carentes de amor que sienten que el poder se los da un arma de fuego con el que defienden un sinsentido; nuestra juventud tan carente de valores que no saben si viven o sobreviven.
Ha llegado el momento de hacer correcciones, la sociedad de mañana será una sociedad infértil y subdesarrollada a todo nivel si seguimos siendo títeres de un grupo gobernante con sobradas muestras de ineficacia. Pero más allá de todos estos síntomas, ¡la realidad nos exige solución y eso solo se puede lograr conociendo la causa!.
La causa de esta realidad, somos nosotros los ciudadanos, hay que reconducir nuestras emociones y nuestras percepciones para poder crear un clima de empatía venezolanista, que permita vernos como un pueblo unificado que "se rescata a sí mismo" del abandono y se levanta recuperando sus valores y su ética. La causa está en el elevado número de hogares disfuncionales que genera seres desestructurados. Nosotros los ciudadanos que vivimos en carne propia las descomposición de nuestro tejido social víctima de un cáncer terminal producto de la bajeza humana, nosotros los ciudadanos que "somos el sentido y el fin último" de esta patria que nos pertenece y a la cual pertenecemos.
¿Tenemos salida? ¡Si, por supuesto que la tenemos! Debemos recuperar la dignidad individual, los valores individuales, el amor propio, para luego sumar las iniciativas y llevar el colectivo hacia la sociedad que queremos, con equidad y honor.
Las mujeres tenemos una responsabilidad única, porque somos las que modelamos la retina de los hijos que formamos. Yo como madre, te invito a formar un hijo VENEZOLANISTA, amante de todos los colores, respetuoso de todos los credos, tolerante con las diferencias de conceptos, cuya arma sea el honor y la justicia. "La única salida que tenemos es el rescate de la virtud de la ciudadanía que nos devuelva nuestra identidad como venezolanos". Tenemos que preparar la tierra para la siembra de una Venezuela desarrollada y este es el momento donde todos somos protagonistas de nuestra historia. Cada uno de nosotros, padres, madres... cada uno es libertador de Venezuela en este momento; rescatemos nuestros deberes para poder ejercer nuestros derechos y seamos el ejemplo de reconstruir nuestra patria, empezando por la patria pequeñita de nuestros hogares. ¿Tenemos salida? ¡Si! Tú eres la salida, da lo mejor de ti. Venezuela es nuestra.
Licette Yépez.
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