Hace más de un mes que no sé nada de él ni tengo contacto. No entiendo la razón por la cual me ha costado tanto trabajo seguir adelante, aceptar el final y reconocer que él simplemente, no quiere estar conmigo. Estoy más tranquila, ya no tengo los ataques de ansiedad y de llanto descontrolado. No he dejado de vivir mis cosas, trabajar, etcétera. No he tenido ganas de ver a mis amigos ni de hacer más cosas. Me he evadido yendo al cine cada vez que puedo y viendo películas que normalmente no me gustan: de acción y sangre, así no puedo más que vaciar mi cabeza y no pensar en él ni en las muchas razones que tuvo para mandarme al demonio o en los muchos errores que cometí para que no me quisiera. En fin. Sé que esto va a pasar en algún momento. Bien dice el dicho popular: nada es para siempre, ni siquiera el malestar. Sólo que quisiera que esto fuera más aprisa. Mi cabeza sabe todo lo que escucha: es mejor así, tienes que dejar ir y un largo etcétera. Mi corazón es que se la está pasando mal y llora. Mi problema no es que sea tonta, no lo soy, mi problema es que las emociones relacionadas con el amor me sacan de control y me vuelvo absolutamente vulnerable cuando me enamoro. No me gusta. ¿Por qué me sigo enamorando de los hombres equivocados? ¿Qué más tengo que cambiar en mi para orientar mi mirada hacia otro lado y vivir algo diferente? Llevo tantos años en terapia y verme como me estoy viendo me llena de frustración y enojo conmigo misma. Ya no sé qué más hacer ni hacia donde dirigirme. Tal vez no sea asunto de dirigirme hacia ningún lado y simplemente sea cuestión de indagar en mi misma, pero ya no sé por dónde. Lo he hecho mucho tiempo, pensé que ya había encontrado respuestas y descubro que sigo topándome con la misma piedra.
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