Ayer asisti a una reunión escolar en donde nos entregaron las notas de calificación de nuestros hijos y yo me sentñi orgullosa del mío. La verdad más que por el número, me siento muy contenta porque creo que mi hijo se ha vuelto más responsable con sus cosas escolares.
Y no puedo dejar de admitir que me ha costado alguno que otro coraje, regaño, miradas retadoras y hasta algún grito ya al final de ver una batalla no ganada; pero todo tiene sus resultados.
Lo interesante de la junta es que la maestra nos invitaba a los papitos a trabajar con ellos, sobre todo en la lecturas y en el área de matemáticas. Una mamita sugirió que porque no se regresaba a la actividad de "pasaderas", una herramienta que quizas muchas de aqui experimentamos, pero mi sorpresa fué ver a otras mamitas manifestando su desaprobación a la misma, por ser antipedagógico. Yo me quede pasmada la verdad, y posteriormente le pregunte a una las razones de esa afirmación. Me dijo que porqué fomentaba la frustración, angustias y discriminación, según los nuevos modelos de competencia académica ( algo que aún debo de investigar más a profundidad), pero yo no veo mal que se use ese método.
Recuerdo mi emoción de estudiar para estar en las primeras filas del salón como resultado de contestar correctamente a los cuestionamientos de mis maestros, y también mi enojo cuando no lo lograba, pero no iba más allá de eso.
Creo que al día de hoy, me debería de preocupar más por otras situaciones que le producen a mi hijo esas frustraciones, angustías y sentiminientos discriminatorios. Por ejemplo...se sabe que la tolerancia a la frsutración de nuestros niños es menos que la de generaciones anteriores, pero es consecuencia de los papás mismos que los educan. Creo que es un tema bastante discutible, pero sigo creyendo que algunos metodos tradicionales funcionarian aún el día de hoy.. adaptados a las necesidades.
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