Hoy te escribo a ti a la que se ha culpado por años de que los problemas en casa son su culpa,
a la que se han culpado de que las hijas e hijos sean de tal forma.
A las que culpan por meses de que una violación, acoso u hostigamiento fue su culpa porque provocó, insinuó.
Hoy te hablo a ti a la que se ha culpado por días que la dejaron por que no era suficiente, a la que cree que fue engañada por ser una tonta, a la que cree que la ilusionaron porque las mujeres nos ilusionamos de todo.
Y sí, todas tenemos una historia y todas nos sentimos culpables por que nos han dicho que es nuestra culpa, nos han hecho creer que pase lo que pase será nuestra culpa.
Nos han dicho que nuestro trabajo es ser perfectas, tener todo resuelto, impecable, con una sonrisa, una acción, con un buen comportamiento porque yo también me he creído esa idea de que si las cosas no salen bien es mi culpa.
Por qué la responsabilidad que nos ha impuesto la sociedad por el hecho de ser mujer nos responsabiliza de todo.
Pero no, no es nuestra culpa.
Es culpa de aquellos que creen que les pertenecemos,
de los que creen que pueden hacer con nuestro cuerpo, sentimientos, pensamientos lo que quieran.
Es culpa de aquellos que siguen con esas ideas de que nuestra responsabilidad es con los demás más no con nosotras.
Y hemos aprendido que nuestra culpa se queda en casa en lo privado, sofocando el llanto con una toalla, tragando saliva para contener las emociones mientras sonreímos y decimos que todo está bien,
pero ustedes como yo sabemos que nada está bien.
Y duele mucho tirar esas estructuras en las que ante todo es nuestra culpa y cuando nos damos cuenta que no es nuestra culpa ¿qué hacemos?
Hoy te digo a ti que no es nuestra culpa.
Entender que no es nuestra culpa es probablemente el proceso de empoderamiento más largo que existe,
es reconocernos como mujer en medio de la culpa, la tristeza, frustración y que todo esto es el camino para llegar a mejor puerto.
Amiga, mujer no es tu culpa.