Cuando se dice yoga, lo primero que se piensa es en posturas dignas de un artista del "Cirque de Soleil", ¿a poco no? Nos podemos imaginar muy monas con nuestros leotardos bien "nice" torciendonos como pretzel. Estas son ideas totalmente erróneas... para fortuna nuestra.
Con tal de llevar mi práctica "un nivel más allá", no se que día (hace un año) amanecí con la idea de convertirme en maestra de yoga, todo con el afán de conocer más y hacerlo bien. Y como no hay fecha que no se llegue, este fin de semana tuve mi última clase de la certificación de Maestra de yoga 200 RYT.
Para aquellos que no lo han practicado por la razón que sea, les recomendaría que hicieran un intento. El ejercicio en general es bueno y benéfico (ya hablare en otra ocasión de mi experiencia en otras áreas del arte de "mover las masas"). Pero el yoga en especial me encanta.
El yoga (del sánscrito ioga) se refiere a una tradicional disciplina física y mental que se originó en la India. La palabra se asocia con prácticas de meditación en el hinduismo, el budismo y el jainismo.
Según sus practicantes, el yoga otorga como resultado la unión del alma individual con la divinidad (Brahman, Shivá, Visnú, Kalí, etc.), entre los que tienen una postura religiosa de tipo devocional brinda la percepción de que el yo es espiritual y no material, entre los que tienen una postura espiritualista brinda el bienestar físico y mental, etc.
No me voy a extender más porque es extenso lo que se puede decir del yoga pero bastante bien documentado están todos los beneficios que nos aporta:
Renueva, vigoriza y sana el cuerpo estirando y tonificando los músculos, las articulaciones y la columna vertebral, dirige la sangre y oxigena los órganos internos (incluyendo las glándulas y los nervios), etc.
El yoga es claramente diferente de otros tipos de ejercicios. Este genera el movimiento sin causar tensión y desequilibrios en el cuerpo. Cuando se practica correctamente, no tiene efectos negativos en el cuerpo interno o externo. Y algo que en especial gusta es que personas de todas las edades lo pueden practicar porque es adaptable a toda persona.
¿A poco no te dan ganas de intentarlo y conocer una práctica que puede enamorarte para el resto de tu vida? Vale la pena intentarlo si consideramos que a como están las cosas actualmente, quizás de esta relación si podamos decir: "Hasta que la muerte nos separe".
Hasta la próxima gota de inspiración.
Namaste.
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