** NOTA ACLARATORIA: me atrevo a poner aquí, el texto del audio que envié al productor Juan Carlos Bernal de Globalmedia, el miércoles en la mañana, el cual, no fue confirmado de recibido y no se pasó al aire. Al llamar para cuestionarle si había algún problema, no recibí respuesta, hasta el otro día (jueves 28) que hablé con el Director de Noticieros, conocido como "gallo Robledo" quién me dijo que el consejo Editorial había tomado la decisión de no publicar comentarios/opinión ni a favor ni en contra del tema del abordo derivado de las iniciativas presentadas ante el Congreso estatal hace unos días. Le dije que le mandaría un escrito y le solicité unos datos pero ya no respondió y hoy le mandé un mensaje mencionando que la opinión de mi compañera Gloria Serrato sobre el mismo tema, si fue publicada, sin obtener una respuesta. (a lo mejor, y estoy suponiendo, la diferencia es que yo soy promovente y firmante de una de las iniciativas a favor de la ampliación de derechos para las mujeres) 

Como saben, tengo varios años escribiendo SIN SUELDO/PAGO/REMUNERACIÓN en diferentes espacios y tenía poco más de 3 años publicando el la casa Globalmedia. Esto me parece inadmisible ya que, si bien JAMÁS permitiré una censura, si hubiera sido totalmente diferente si hubieran tenido la educación y decencia de avisarme lo que estaba sucediendo y no tomar la decisión unilateral. Es por lo anterior que doy por terminada mi relación con Globalmedia y lamento PROFUENDAMENTE que siendo uno de los medios más importantes en nuestro estado, fomente conductas violatorias de la libertad de expresión. 

Quién guste, podrá seguirme leyendo en este espacio plural y feminista. Gracias! 

Estimado lector, lectora, permítanme en esta ocasión comenzar a hablarles de una experiencia personalísima que, sin duda, definió mi vida y el sentido de mi ser y definirme como feminista y activista por los Derechos de las Mujeres.

Crecí bajo la religión católica y tuve el privilegio de criarme en  dos colegios con enseñanzas Católicas como el Sagrado Corazón y el Instituto Potosino-Marista. En ambos espacios, tanto en secundaria como en preparatoria, en algún momento de esos que se ocupaban para enseñanzas de reglas y conceptos religiosos (que cuando llegaban inspecciones de la Secretaría de Educación Pública, y había que esconder las cruces y retratos de vírgenes y Santos, les llamaban clases de “ética” proyectaron un video terrible donde se hablaba del “espantoso crimen del aborto” y entonces se veía como con  una especie de aspiradora destrozaban a un niño con un periodo de gestación mayor a los 6 meses.  Si me apuran, diré que ese contenido no era apto para menores de edad, ni queriendo justificarlo como contenido informativo y científico, porque eso era un video de una tortura que no reflejaba de ninguna manera la realidad en la que se practican los abortos.

Afortunadamente, mi padre y mi madre, siempre con la disposición al diálogo, la información y la paciencia necesaria para desenmascarar mitos religiosos y tabúes sociales, me explicaron cómo  es un aborto y en qué casos la ley lo permite y sobre todo, que el tema de los embarazos es una problemática que se tiene que revisar más allá de las creencias y si, privilegios personalísimos.

Años después, tuve la fortuna a invitación de mi querido maestro Martín Faz, de integrarme a la primera generación de la red de jóvenes por el Derecho a Decidir, grupo impulsado por la asociación Católicas por el Derecho a Decidir, donde tuve el gran privilegio de estudiar desde las diferentes perspectivas (políticas, económicas, sociales, teológicas, culturales, jurídicas y médicas) la problemática de la interrupción legal del embarazo y el derecho a las mujeres a decidir sobre sus cuerpos.

Desde hace varios años, desde diferentes frentes  y con diversas alianzas tanto de la sociedad civil, partidos políticos e instituciones hemos estado impulsando cambiar la legislatura estatal para evitar que las mujeres sigamos siendo criminalizadas por ejercer una autonomía que por Derecho nos corresponde. La más reciente fue la presentación de una iniciativa en conjunto con la diputada Alejandra Valdés, quién generosamente  y en congruencia con su labor legislativa, abanderará este avance desde su curul en el Congreso del Estado. El día de la presentación de la misma, fui testiga una vez más de la intolerancia que nace desde el desconocimiento, de varios grupos antiderechos que insisten en considerar que las mujeres no somos personas sujetas de derechos y nos consideran una máquina reproductora o una simple incubadora.

No voy a meterme en dilemas éticos personales, lo que necesitamos trabajar e impulsar es en la obligación del estado para garantizar el más amplio marco de protección en materia de salud y eso, les parezca extraño a algunas personas, incluye el derecho a las mujeres a decidir sobre su cuerpo.

Ojalá y estos grupos dejaran de agredirnos, amenazarnos y señalarnos sin fundamento como asesinas y se tomaran la oportunidad de leer el contenido de la iniciativa, les aseguro, que estamos buscando lo mismo:  garantizar una vida digna para todas las personas.

Si usted quiere saber más del tema, le invito a que me lea el día de mañana en www.globalmedia. mx

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