En estos días donde la comunicación es poder y vivir al momento es lo importante, tener problemas o fallas con tu Smartphone es una verdadera desgracia.
Mis problemas con la tecnología iniciaron desde finales del año pasado, mi teléfono se calentaba tanto que bien hubiera freído huevos, tarda entre 7 y 8 horas en cargarse y dos en descargarse -así que vivía conectado- fallaba el touch, la cámara, se reiniciaba solo o finalmente algo le pasada y servía más como pisapapeles, mi teléfono paso a ser una de mis angustias diarias y cómo si fuera madre primeriza pensaba lo peor y dormía de más -por qué el teléfono se apagaba y no sonaba el despertador-.
La primera vez que lo lleve a Telcel me dijeron que tenía que volver a instalar el software, como no tenía respaldo y no podía dejarles mi teléfono por varios días por cuestiones laborales en casa hice una restauración, que no sirvió más que para quitarme tiempo y paciencia, a la semana y ya de vacaciones les lleve el teléfono para que aplicaran su procedimiento y tampoco funciono – se supone reinstalaron el software-, me fui del estado de vacaciones y Galaxy se puso peor, regrese lo volví a llevar y me quede sin el por casi una semana.
Ustedes creerán que esa fue la buena, pues temo decir que no, en este momento está cargándose mi teléfono por tercera vez, le he puesto el ultra ahorro de energía y tampoco funciona.
Definitivamente tendré que volver a Telcel a poner mi cara de pocos amigos y pedir que hagan algo, ahora que veo mi vida a partir de la dependencia de un teléfono es cuando me pregunto ¿qué hacíamos antes ellos?, y aunque suene un poco loco, la dependencia, la costumbre y la necesidad de ciertas actividades con ese aparato de 12cm es impresionante.
En tres semanas he usado 3 teléfonos y el mío, creo que después de visitar tanto mi centro de atención a clientes puedo realizar los siguientes consejos:
-Tener un respaldo de los contactos, sobre todo si tienes el mismo número de teléfono desde siempre.
- Toda tu información, fotos, archivos de descarga, audios, y demás material deberás tenerlo en tu memoria extraíble, para que cuando borren lo que tienes en la memoria del teléfono no pierdas nada.
-Tener a la mano tu contrato o ticket de la compra de tu equipo. Nunca sabes si existen las letras pequeñas o lo requieras para algún trámite.
-Mucha paciencia: las filas son largas y muchas veces las personas en las ventanillas no saben del tema.
Desde los grupos y los mensajes de WhatsApp qué es por dónde principalmente me comunico para mi trabajo, las múltiples cuentas de redes sociales que administro también desde el teléfono, contactos, fotos -cientos de recuerdos-, el despertador y alarmas de varias cosas que recordar, y en fin, los Smartphone han evolucionado de tal manera que enviar un mensaje y contestar una llamada – antes vitales para su funcionamiento- queda en segundo plano. Nos facilita la vida pero también nos hace dependientes.
Ahora me volveré a formar en la unifila para ver si logro hacer algo por Galaxy. Deséenme suerte.
Las invito a que conozcan a una gran amiga, amante y narradora de historias: su revista Quintaesencia de Enero
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