Se supone que desde hace varios años,  el gobierno mexicano se ha comprometido a erradicar todas las formas de violencia hacia las mujeres, sin embargo, hay días en que creo que no hemos avanzado prácticamente nada.  A diario nos damos cuenta de que por más que se hagan esfuerzos  y leyes y convenios y foros, no se ha podido erradicar la violencia, que como dijo la Organización Mundial de la Salud en Junio del año pasado “es una pandemia a nivel mundial”.

¿Por qué ando tan desanimada? Pues porque es un hecho que quienes debieran ser los principales comprometidos en erradicar la violencia hacia las mujeres y hacer valer y respetar esas leyes que ellos mismos han impulsado, son los primeros en no darse cuenta que tienen incrustado hasta el tuétano y en sus raíces, hablo de los partidos políticos. Y antes de cualquier otra cosa, quiero dejar muy claro que yo no milito para ningún partido, tengo la fortuna de trabajar con todos los partidos diversas iniciativas y de tener amigos y amigas muy queridas con distintos colores, sin embargo, como todo, las instituciones están formadas por personas y algunas de esas  personas, muchas veces ni siquiera están ahí por el bienestar común, si no por sus intereses particulares.

En estos últimos meses hemos tenido una avalancha de “desafortunados” hechos y declaraciones que nos muestran como el machismo, la misoginia, la discriminación, el sexismo y la impunidad están presentes en todos los partidos políticos. Por ejemplo, el pasado 2 abril,  en el noticiero matutino por MVS de Carmen Aristegui, fue presentado  un reportaje sobre el grupo de  jóvenes edecanes que presuntamente eran reclutadas para prestar  servicios sexuales por el ex líder con licencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el DF, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre.  Después de varios meses, en los que el PRI se “deslindó” del señor Gutiérrez de la Torre y de una investigación, la Unidad Técnica Especializada de Fiscalización del Instituto Electoral del Distrito Federal, confirmó que la contratación de mujeres para ofrecer servicios en el PRI local, pero no encontró elementos que corroboraran que dicho personal haya sido utilizado para realizar labores distintas a las que el partido tiene encomendadas como entidad de interés público, o sea, finalmente no pasó nada. Tengo un muy querido amigo, que siempre me dice que a mí se me hace muy fácil todo porque como no soy abogada, no entiendo los procedimientos jurídicos. Exacto, por eso soy defensora de Derechos Humanos, porque los derechos humanos van mucho más allá que los vacíos legales.

Después de unos meses, tuvimos el caso de los integrantes del Partido Acción Nacional que fueron grabados durante una”fiesta privada” en la cual aparecían en situaciones “comprometedoras” con algunas mujeres. Lo dije en este espacio en su momento, a esos señores se les olvida que como servidores públicos, están obligados a cumplir con la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que dice así en el artículo 6: …”La violencia sexual.- Es cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la Víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto”… donde por lo menos, uno de esos señores que estaba ahí, se desgarraba las vestiduras hablando de lo importante que era esta ley, cuando se promulgó y cuando salieron a “defenderse” de lo que consideraron ataques con fines partidistas, NUNCA hicieron referencia a la violencia hacia las mujeres que estaban ejerciendo, se les fue en intentar limpiar su imagen diciendo que no había sido en hora de trabajo y que no se utilizaron recursos públicos en ello.

Pero en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) tampoco se quedan atrás, presuntamente, Jorge Valdez Vargas, presidente de la Comisión de Seguridad en el Congreso de Tamaulipas, cacheteó al líder de colonos del municipio de Nuevo Laredo durante las elecciones internas del partido refiriéndose a él con un "tú que estás haciendo aquí, homosexual asqueroso", según las palabras del presunto agredido. Esto es una clara muestra de la homofobia que aún existe y la cual es violatoria del derecho humano a la no discriminación, a la que se supone que todo servidor y servidora pública, debe apegarse y sobre todo: GARANTIZARLO. En San Luis Potosí, tenemos varias declaraciones desafortunadas presidente de la comisión de derechos humanos del Congreso Estatal, Miguel Maza Hernández, a quien no le ha bastado insistir en poner a consulta pública la iniciativa de Matrimonios entre personas del mismo sexo en San Luis (nadie le ha explicado que los derechos humanos no son negociables, éstos se garantizan, no se consultan), también ha dicho que para qué se quieren casar en San Luis los homosexuales, que se vayan a otros estados (¿?), también ante medios ha declarado que “muchos de los casos de violencia contra las mujeres son porque lo permiten ellas mismas al no reportar y no denunciar” y finalmente, la de esta semana fue cuando en plena inauguración del seminario “Investigaciones,  género y Derechos Humanos” con sede en la Comisión Estatal de Derechos Humanos dijo (según él a modo de chascarrillo) “de rato vamos a estar al revés, (nosotros) les vamos a pedir la paridad de género” mostrando un enorme desconocimiento de lo que son las medidas afirmativas en búsqueda de eliminar las brechas de desigualdad. Y bueno, para terminar este penoso recuento, también hace apenas unos días, el ex diputado por el PRI en Chiapas, Edmundo Olvera Cantera, dijo que “todas las leyes tienen lagunas, y como se dice desgraciadamente, las leyes como las mujeres, se hicieron para violarlas”… en serio, hay días que quiero rendirme. ¿De qué van todas estas declaraciones? ¿Cómo llegan estas personas a puestos públicos dónde deberían de garantizar y cuidar los Derechos Humanos? Hace unos meses platicaba con un asesor del congreso del estado y le decía que me encantaría poder hacer una iniciativa de ley donde se cuidara que cualquier persona, hombre o mujer, que llegase a ocupar un puesto dentro del servicio público debería demostrar estudios certificados de género y Derechos Humanos…me dijo que no era posible, que eso sería discriminar y entonces, inmediatamente me convertiría en eso que tanto me quejo… ¿entonces, cómo nos cuidamos de esto?

El machismo, la misoginia, el sexismo, la homofobia, transfobia, lesbofobia y todas las maneras de discriminación son peligrosísimas porque están ahí, silenciosas y violentas, tanto que muchas veces ni las alcanzamos a distinguir.