Yo se que cosas tan increíblemente hermosas solo se pueden lograr cuando vienen desde el corazón, cuando uno entrega el alma y expresa su esencia en lo que hace; y me pregunto ¿Cuántas de nosotras realmente nos estamos realizando en nuestra vida cotidiana?

 Lo más curioso de todo es que la mayoría de las personas vivimos desde el miedo, eso es lo “normal”. Seguro has escuchado: – No te postules para un nuevo puesto, no lo vas a conseguir y vas quedar en ridículo. No busques ayuda, ¿Qué va decir la gente? No sueñes, te vas a estrellar con la realidad. Busca lo seguro, ¿qué va a ser de ti y de tus hijos si fallas? -.

 Y a ti ¿Qué es lo que te mueve? ¿Tu vida se rige por lo que quieres hacer o por lo que quieres evitar? ¿Vas a trabajar porque “no tienes de otra” o porque te apasiona? ¿Vives tus sueños o tus pesadillas? El hecho de ser conscientes de que es lo que nos mueve cambia la perspectiva de nuestra vida y el rumbo que tomamos a partir de ello. Es entonces cuando nos damos cuenta de que “si hay de otra”.

 ¿A quién no le gustaría vivir desde amor y no desde el miedo? El miedo es muy útil, por supuesto, nos ha mantenido vivos, pero por qué no evolucionar y adoptar un estilo de vida enfocado al amor, propio y hacia los demás; disfrutando y no evitando, transformando y no destruyendo, viviendo en salud y no en enfermedad, actuando desde la consciencia y no en “automático”, comunicándonos asertivamente para mejorar todas nuestras relaciones y experimentando como todo en nuestra vida toma su sitio.

 Es por eso que el equilibrio de las emociones es tan importante. Es por eso que conocerlas, aceptarlas y vivirlas conscientemente es tan útil, porque a partir de ahí nos reinventamos.