Y que un gran número de mujeres experimenta, pero de lo que generalmente no se habla:
1) Es una experiencia cargada de emociones: alegría, miedo, felicidad, angustia, euforia, desesperación y muchas otras más
2) Habrá momentos en que dudes: y te preguntes porqué decidiste embarazarte, si eres realmente una buena madre, si volverás a tener tiempo para ti misma o para descansar, si no estaban mejor solos tú y tu pareja
3) El llanto de tu bebé puede llegar a preocuparte/afectarte más que a las demás personas: tal vez el padre de tu hijo, sus abuelos o las personas que te rodean, no se sientan tan angustiadas como tú cuando llora.
Algunas veces querrás correr a consolarlo, y en otras, tu instinto no será inmediato, pero nunca te gustará ese sonido
4) Podrás tener pensamientos negativos/atemorizantes: en relación a la salud y bienestar de tu bebé y/o de tus seres queridos, los cuales son totalmente normales. Si estos son constantes, ocupan gran parte de tu día y te causan una gran ansiedad, pueden indicar que necesitas una asesoría profesional
5) Podrás tener sentimientos de culpa: si tienes emociones encontradas y/o ambivalentes hacia la maternidad, el primer instinto por lo general, es autorreprocharte y sentirte incluso malagradecida con dios, la vida, la naturaleza o cualquier otra persona, cosa o situación (ya que hay muchas mujeres que luchan por tener un hijo y no pueden, y tú te “arrepientes”, estas cansada o no es como lo habías imaginado)
Recuerda: la maternidad es una de las experiencias más hermosas, pero también más aterradoras en la vida de una mujer
http://www.huffingtonpost.com/catherine-alford/what-nobody-tells-yo...
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