LA MUERTE DE VIOLETA PARRA: "Me falta algo; no sé qué es"

Aunque Europa le abrió sus puertas como a pocas creadoras populares, en Violeta pudo más la nostalgia por aquel Chile al que tan deseosamente le cantaba en Violeta ausente, y hacia 1965 se produjo su regreso definitivo a Santiago. No eran tiempos de emociones tranquilas. Recién había terminado su relación amorosa con el suizo Gilbert Favré (quien se marchó a Bolivia al poco tiempo) y su trabajo inicial en la peña que sus hijos Isabel y Ángel mantenían en calle Carmen no le acomodó del todo.

 

Instaló entonces en lo alto de la comuna de La Reina una carpa con capacidad para mil personas. Jamás la llenó. Había noches en que llegaban diez, doce, quince asistentes. Y a esos pocos, la más grande creadora chilena se sentía con el deber de mostrarse en plenitud. La indiferencia hacia su trabajo (pública y estatal) la entristecía, pero no veía alternativa a su decisión de fundir sus descubrimientos con el contacto directo con la gente, como explicó en algunas entrevistas de entonces. 

 

Hubo un primer intento de suicidio en 1966, poco antes de grabar su mejor disco, Las últimas composiciones. Preocupados, algunos de sus amigos la invitaron a una gira por el sur de Chile. Viajó entonces hasta Punta Arenas, y regresó a Santiago visiblemente más animada. Pero resultó ser un bienestar fugaz. Las últimas composiciones fue una suerte de epitafio adelantado, un disco de canciones tan intensas y contradictorias como su vida. Poco más de cien días después de su edición, Violeta acaba voluntariamente con su vida con un disparo en la sien, precisamente en la carpa de La Reina.

 

"¿Por qué lo hizo? Violeta era una mujer tan valiente", preguntó su madre al enterarse. Poco antes, Violeta le había dicho al periodista Tito Mundt: "Me falta algo; no sé qué es. Lo busco y no lo encuentro. Seguramente no lo hallaré jamás".

Su hermano Nicanor le escribió un "Poema de despedida":

 

¿Por qué no te levantas de la tumba a cantar a bailar a navegar en tu guitarra?

(...)

Qué te cuesta, mujer, árbol florido

Álzate en cuerpo y alma del sepulcro

y haz estallar las piedras con tu voz, Violeta Parra.

 

 

FUENTE: ARCHIVO DE CHILE

GRACIAS A LA VIDA*

 

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.
Me dió dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo su fondo estrellado,
y en las multitudes el hombre que yo amo.

 

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído, que en todo su ancho
graba noche y día; grillos y canarios.
martillos, turbinas, chubascos
y la voz tan tierna de mi enamorado.

 

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
con él las palabras que pienso y declaro:
madre, amigo, hermano y luz, alumbrando
la ruta del alma del que estoy amando.

 

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas  y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.

 

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.
Me dió el corazón, que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano,
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de tus ojos claros.

 

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado ell llanto;
así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto
y el canto de ustedes, que es el mismo canto,
y el canto de todos, que es mi propio canto-

Gracias a la vida...

 

*"Gracias a la vida", sin duda una de las composiciones más famosas de Violeta, fue creada poco antes de que se matase. Vista desde esa perspectiva, leer su letra cobra tintes dramáticos, pues no parece ya un canto de esperanza, como sus palabras parecen indicar, sino un lamento de despedida a esa vida a la que agradece tantas cosas.

 

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Comentario de Renata Rodriguez el julio 5, 2014 a las 12:29pm

Mar, leo tu entrada con curiosidad... que pronto me remite a mi juventud. Violeta Parra es parte de mi rebeldía y Gracias a la vida se convirtió en himno hace muchos años. Hace un par de semanas, fue lo que canturree para mis adentros en el velorio de un señor, amigo de mi padre, a quien quise mucho y a quién despedí así... con todo mi cariño y esa canción como homenaje. Gracias Mar por esta entrada. Me emocionaste muchísimo.

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