La lactancia materna hoy es tarea de todos

 

Estamos en un “loop” de hábitos y construcciones sociales que nos alejan de nuestro derecho al bienestar y placer de establecer una lactancia exitosa. Del 1 al 7 de agosto se celebró la semana mundial de la lactancia materna. En México UNICEF es el promotor más notable y este año patrocinó "La fiesta mexicana de lactancia" organizada por The Big Latch On una organización que apoya a las madres para normalizar la lactancia en la sociedad.

El evento este año alcanzó mayor difusión gracias a los usuarios de redes sociales, bloggers y al gran apoyo de las comunidades de madres organizadas que defienden su derecho a amamantar en público y después de dar a luz en hospitales públicos y privados.

 

El mensaje de comunicación se ha centrado en ayudar a las madres a sentirse cómodas con lactar en público, en informarse sobre los cuidados que deben tener al amamantar para evitar lesiones como grietas, infecciones o mastitis (inflamación u obstrucción de los conductos por los que fluye la leche materna) que dificultan el establecimiento de la lactancia haciéndola dolorosa. Se ha ponderado la participación de los papás para tomar responsabilidades como cuidadores y ayudar a que las madres puedan dedicar tiempo y esfuerzo a lograr amamantar al bebé con el placer y tranquilidad que requiere, es decir disfrutándolo.

 

Después del nacimiento del bebé la madre entra en el puerperio, un periodo difícil de adaptación fisiológica y psicológica con su nueva condición de madre y con el proceso de apego con su bebé. A esto se suma la recuperación de procedimientos quirúrgicos mayores en partos logrados satisfactoriamente, como en el caso de la “polémica” episiotomía (corte de la piel entre la vagina y el ano, un área llamada perineo, con el fin de agrandar la abertura vaginal para facilitar la salida del bebé) en un parto natural o de haber tenido una operación por cesárea.

Estos procedimientos son dolorosos, causan dificultad para ponerse de pie y realizar las faenas de la vida diaria, sumadas a los nuevos cuidados que requiere un bebé recién nacido. La gran mayoría de las mujeres viven todos estos cambios en soledad, sin el apoyo de la pareja por los roles de género o las jornadas laborales. Muchas veces no hay un conocido que también les brinde cuidados a ellas que mucho lo necesitan.

 

Una madre sin pareja, adolescente, con depresión postparto, una madre que sufrió violencia obstétrica, que fue despedida al regresar de su periodo de lactancia, una madre que no puede aún ser el sostén de su familia, la madre trabajadora campesina,  para ellas puede ser más dificil establecer la lactancia. Las madres si pueden amamantar eso no se discute, pero requieren una red de apoyo para lograrlo. También necesitan trabajar para proveerse a ellas mismas y a sus hijos, aunque las políticas laborales no sean las más receptivas a esta necesidad.

Será que la suma de estas realidades ha logrado que México sea el segundo país del mundo donde cada vez son menos las mujeres que alimentan a sus recién nacidos con su propia leche según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

 

La Conferencia Internacional de Nutrición de 1992 en Roma “definió que una de las principales estrategias para disminuir el hambre y la desnutrición es a través de fomentar la lactancia materna”, y estableció un código internacional para las autoridades de salud pública, sin embargo dichas normas no siempre se cumplen. Algunas de estas normas Son: No obsequiar muestras gratuitas a las madres, no realizar promociones en los sistemas de salud, que incluye no ofrecer suministros de fórmula gratis o a bajo costo

 

Unicef detectó que en México sólo 18 por ciento de los recién nacidos recibe leche materna durante la primera hora de haber salido del vientre de su madre,  esta es sin duda responsabilidad de los proveedores de salud públicos y privados puesto que en su gran mayoría no consideran las recomendaciones de estos organismos para proteger a las madres y a sus bebés.

 

Hoy sabemos las consecuencias de estas prácticas sanitarias: el 82% de los pequeños que nacen tardan en ser alimentados con la leche de sus mamás o reciben leche proveniente de fórmulas en los hospitales públicos o privados donde las madres dan a luz.

 

Los muros ya nos están pasando factura. Las mujeres necesitamos sororizar y dejar atrás la critica y la culpa. Posiblemente con cambios de conducta y voluntad podremos evolucionar las construcciones sociales sobre la lactancia. Merecemos vivir el derecho y placer de amamantar a un hijo con el amor y la paz que se merece.

Hay que agradecer a todas aquellas madres que “desobedientes” dijeron no a las costumbres institucionalizadas, que pusieron límites a las críticas familiares y  las presiones de los servidores de la salud. Ustedes sobrepasaron sus miedos para vivir un parto respetuoso, gracias a ustedes nos informan que hay un 18% de esperanza y estamos seguras de que seguirá aumentando.

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Comentario

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Comentario de vane el agosto 19, 2015 a las 4:39am

Angie! Muchas gracias por dejar tus comentarios! Si como dices estamos viviendo  tiempos de cambio, ya no podemos dejar nuestra voluntad en manos de terceros, necesitamos usar nuestra voz y poner límites para tener una vida con respeto. Gracias a las feministas tenemos los derechos que tenemos, sería maravilloso que se empezara a transformar el paradigma de empoderar la maternidad con todo el bagaje que nos enseñan las luchas feministas. Nos hace falta a las mexicanas y al resto del mundo! Muchas gracias :D

Comentario de Angie Contreras el agosto 18, 2015 a las 2:35pm

Vanessa. complentamente de acuerdo, no solo por las ventajas de nutrientes que tiene la leche materna, sino la importancia de crear un lazo madre-hijo, y algo aun más importante -creo yo- y algo con lo que luchamos todas las feministas, poder decidir sobre nuestro cuerpo sin rendir cuantas a nadie, y la lactancia en público es parte de esta desición.

Es increible que nos siga dando pena ver a una mujer amamantado en la oficina o parque publico, que en los trabajos o áreas publicas no se tenga un lugar donde poder alimentar a los bebes y aún más indignante que no se permita a las madres atender a los hijos recien nacidos, los permisos de maternidad no se puedan extender o dar también a los padres, que sea tabú los cuidados para las madres y aún mucho más que sigan muriendo madres al dar a luz por una violencia obstetrica.

Me gusto mucho esta entrada y si llegó a ser madre, con mucho gusto dare pecho!!!

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