Hace un año, el 22 de abril, en el Día Internacional de la Madre Tierra, entró en vigor para los países miembros de la ONU, el “Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe”, conocido como “Acuerdo de Escazú” por la ciudad costarricense donde tuvo lugar.

Este instrumento vinculante busca que las naciones aseguren el acceso a la información ambiental, la participación en los procesos de toma de decisiones sobre el cuidado de nuestro entorno; y la justicia en casos de esta naturaleza.

También contiene disposiciones sobre defensores ambientales; prevé la creación de capacidades; y fortalece la cooperación, para que las generaciones presentes y futuras, vivamos en un medio ambiente sano y con un desarrollo sostenible.

El “Acuerdo de Escazú” es un esfuerzo para luchar contra los efectos del cambio climático que hemos provocado y que todos los países enfrentamos. A consecuencia de éste, los ecosistemas se han alterado; las temperaturas se han extremado; las sequías se han prolongado; la pérdida de nuestra biodiversidad no ha cesado; el deterioro de nuestros lagos, ríos y mares tampoco ha parado; y así podríamos seguir enunciado alarmantes secuelas generadas.

Los estragos del cambio climático repercuten en nuestra salud, pues de acuerdo con la OMS se prevé que, entre 2030 y 2050, causen unas 250 mil muertes; y se estima que el costo de los daños que provoquen en ella sea de entre US$ 2,000 y US$ 4,000 millones de dólares al año desde hoy hasta 2030.

Si bien los derechos de acceso a la información y a un medio ambiente sano son reconocidos por el marco jurídico mexicano; su garantía se potencia con la ratificación que hizo nuestro país de este acuerdo, por el Senado de la República, el 5 de noviembre del 2020.

Su adopción por México implica que nuestras instituciones públicas faciliten la información ambiental que posean, bajo el principio de máxima publicidad, y de manera accesible, sobre todo hacia grupos en situación de vulnerabilidad; además de asistir a las personas en las solicitudes que presenten; y orientarlas sobre sus medios de defensa.

La información de calidad es un manto protector de nuestro medio ambiente; pues nos da elemento para saber y entender lo que pasa con nuestro entorno, para poner freno a su destrucción, para participar con conocimiento de su cuidado, para cambiar el rumbo de las decisiones para que sean sustentables, y para prevenir desastres.



El Premio Nobel de Química mexicano, Mario Molina, afirmaba que, si bien “los científicos pueden describir los problemas que afectarán el medio ambiente basándose en la evidencia disponible”, su solución no les es exclusiva, sino que es responsabilidad de toda la sociedad. La única manera de sobrevivir como humanidad es salvar, en conjunto, el planeta que habitamos; de lo contrario, estamos condenados a la extinción.

Fuente:

“Información para proteger nuestro medio ambiente”, La Silla Rota, 22 de abril de 2022, disponible en: https://lasillarota.com/opinion/columnas/informacion-para-proteger-...

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