He estado leyendo las entradas que ha escrito mi madre; la Abuela, abuela de esta comunidad.
En la otra plataforma nunca pude acceder a su blog y me perdí de una cantidad enorme de sus escritos. Ahora sin saber mucho cómo, entré a su blog y he estado leyendo entradas suyas, desde hace mucho tiempo. Llevo dos horas y me detengo porque necesito decirme.
Me es tan cálido leerla, es como escucharla y mirarla, es como vivir en ella, mirar con sus ojos... y simplemente transportarme a su esencia y hacerla mía.
Cada pedazo de tiempo que colorea con sus palabras, me acuna y le va dando forma a esta tibieza que se adueña de mi.
La misma que siento cuando la veo ajetrear por su vida, haciendo por aquí y por allá, las mil cosas que hacen las abuelas al mismo tiempo. Cocinan, platican, tejen, contestan al teléfono, preguntan por sus nietos, te cuentan de las amigas, de los parientes, alzan, tejen, arreglan, van y regresan... y de repente, la comida está lista, cuando unos minutos antes uno se preguntaba si realmente te había invitado a comer o simplemente te lo habías imaginado.
De esta forma me siento cuando la leo, cuando se me vuelve eterna y se que no hay forma de que se me vaya.
Nuestro regalo a los que amamos sería escribir, ni siquiera importa el tema, solo escribir... para dejarnos en ellos, para sembrarnos en su presente, para abrazarlos en las mañanas frías y acunarlos en las negritudes.
Estoy profundamente agradecida al Hacedor de Estrellas por esta madre, Abuela, Abuela, que se ha tatuado en mi tiempo y permanece eternamente en mi vida.
Comentario
Para quienes no la conocen: aquí está el link a su perfil y a su blog: Abuela, Abuela.
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