Una vez más, este pasado  25 de Noviembre se  conmemoró el Día Internacional Contra la Violencia hacia las mujeres y tal como imaginé, se emitieron miles y miles de notas, de datos y se pronunciaron miles y miles de discursos en el mundo donde todos los gobiernos de todos los países hablaron de lo terriblemente condenable es que sigan existiendo estos altos índices de violencia y se comprometerán una vez más, en “coordinar esfuerzos para erradicar tan terrible flagelo”… ¡mentiras! Decía mi mamá que amor son acciones y no buenas intenciones y yo preferiría que no se dieran esos discursos y aunque sea, se dedicaran todas y cada una de las personas, a hacer lo que les toca hacer, para eliminar la violencia.

Tenemos muy claro cuáles son las formas de violencia, las cuales vienen muy identificadas en la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia pero pareciera que entre más la definimos, más nos cuesta hacer algo para erradicarla. Les contaré algo que me pasó hace unos días durante toda la oleada de ofertas y comerciales que anunciaban productos “baratísimos” y todas las facilidades de pago, una amiga tuitera me arrobó un tuit de la empresa Best Buy México en la que bajo un irónico “Tú nunca le atinas, mejor que ellos elijan” promocionaban sus tarjetas de regalos.

Inmediatamente, como en otros casos, envié un tuit a la Procuraduría de la Defensa del Consumidor (PROFECO) en la que, como en otras ocasiones le hice notar que esa publicidad era sexista y disciminatoria y por lo mismo, fuera de la ley. Desafortunadamente, la persona que manejaba la cuenta el lunes a las 6 pm, no tenía idea de las atribuciones que tiene PROFECO en el tema y me respondió “Hola. Nosotros no podemos atenerte en caso de que se trate de publicidad engañosa o si te discriminan al querer adquirir un producto o servicio. Lo que comentan le compete a Conapred. ¡saludos!”

Profeco, de manera muy atenta me envió un link de la Ley con la que se basaron para decirme que no tenían atribuciones para este caso. Me quedé pasmada. A veces tengo pésima memoria, pero en estas cuestiones de género y derechos humanos, procuro siempre tener los datos muy presentes porque luego no voy a saber cuándo los voy a ocupar (como en este caso). Recordé perfectamente que en abril del 2013, el Senado aprobó reformar la Ley Federal de Protección al Consumidor (sic) para establecer que la publicidad engañosa también es aquella donde las mujeres aparecen como ejemplo de sumisión y burla o dónde se le excluya y denigre. Así que en un último intento, hice una captura de pantalla de la nota periodística de CIMAC donde hablaba de esta reforma y se la envié vía tuiter a PROFECO. Ya no recibí respuesta alguna.

El martes por la mañana, desde la cuenta de tuiter de PROFECO se pusieron en contacto conmigo para que les enviara mi correo electrónico para poder contactarme y tener una reunión sobre el tema del día anterior. Ese contacto no se dio porque como PROFECO no me sigue en tuiter, pues OBVIAMENTE yo no iba a poner mi mail en mi TL…fue un poco desesperante el explicarles que tenían que seguirme.  Así que ya decidí que en otra oportunidad iba a solicitar una reunión de trabajo y poder establecer una mesa con una agenda y avances reales en el tema, ya que me quedó MUY claro que tenemos todo por hacer.

Pero… ¿por qué es la publicidad sexista y discriminatoria un tema de la PROFECO? Porque para empezar, en mi muy humilde opinión me parece totalmente irresponsable, que en un país donde muchas mujeres son víctimas de la violencia machista, donde según datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio entre el 2012 y el 2013 fueron asesinadas 3,892 mujeres por cuestiones de género, de las cuales sólo han sido investigados 613  y donde según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2011 46.1% de las mujeres son violentadas por sus parejas, aún existan personas que piensen que “me lo tomo muy en serio” y soy “una exagerada” o que de plano estoy muy amargada porque me molesto por una publicidad que aparte, hubo quien se atrevió a asegurar “es una publicidad SÚPER buena y creativa”.

Perdóneme por ser tan amargada, pero lo único que me reflejan esas opiniones es que estamos tan acostumbrados(as) al machismo, que muchas veces ni lo vemos y si lo vemos, no lo sentimos como agresión hacia los hombres y las mujeres y al contrario, nos reímos y lo adoptamos en nuestra cotidianidad, un poco en resignación y otro poco en apatía. Por si no fuera suficiente todo lo que he puesto en los renglones anteriores, les contaré que esto no es una cuestión de estar o no de acuerdo con la campaña, si no que esto se trata también de respetar y –sobre todo– cumplir con los convenios y tratados internacionales firmados por el Estado Mexicano, que, pésele a quien le pese, en el año 2011, adquirieron nivel constitucional, lo que quiere decir que, los tenemos que cumplir y que los Estados tienen que ser garantes de éstos.

Podría irme a mil artículos de estos trata-dos o convenciones, ok, sí exagero, no son miles pero si son muchos, pero sólo  haré referencia a uno de mis favoritos: “La mujer y los medios de difusión” que es el título del punto J de la Plataforma de Acción, firmada en Beijing. El punto J reconoce dos objetivos estratégicos: por un lado, la mejora del acceso de las mujeres a los medios de comunicación y la ocupación de cargos directivos en los cuales están en gran medida ausentes; por otro, el fomento de una imagen no estereotipada de las mujeres, EVITANDO LAS IMÁGENES DEGRADANTES Y LA REPRODUCCIÓN DE LOS ESTEREOTIPOS DE GÉNERO. Siendo mucho más clara, lo que se reconoció en Beijing fue que las mujeres no son protagonistas y sujetas de los medios y, cuando se les representa, se hace con una mirada profundamente sexista. La antropóloga mexicana Marcela Lagarde y de los Ríos, también ha señalado que uno de los papeles fundamentales de los medios de comunicación es la reproducción de la cultura, y en materia de violencia, forman parte del problema cuando reproducen discriminación y violencia acríticamente, porque ésa es la cultura hegemónica. Así pues, pueden consultar también la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación de las mujeres (CEDAW, por sus siglas en inglés) o la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer “Belém do Pará” y sobre todo, la gente que maneja la cuenta de twitter de PROFECO, debería tener actualizada la ley que consulta, porque me mandó como referencia una que ya está derograda y no sabe que, en su artículo 25 BIS, señala que se tiene como prácticas abusivas el incumplimiento de precios o tarifas exhibidos, el condicionamiento de la venta de bienes o servicios, el incumplimiento de ofertas y promociones, por conductas discriminatorias y por publicidad o información engañosa.

 

Al momento de escribir esta columna,  gente de la PROFECO se había puesto en contacto conmigo, reconociendo su equivocación y con la mejor de las actitudes para recibir mi denuncia. Necia como soy, creo que este tema debe de retomarse con la formalidad debida y que sirva esta experiencia como parte aguas en el cumplimento de los tratados internacionales y compromisos de género con los que el Estado Mexicano se ha comprometido, sobre todo, para que todo esto no quede en un bonito discurso en el marco de la conmemoración del Día Internacional contra la Violencia hacia las mujeres. 

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