Tengo en el ADN la letra de la canción “all you need is love” y así crecí, creyendo en esa absoluta verdad, convencida de que el amor lo puede todo, rompe con todo lo imposible y al final, siempre triunfa. Y bueno, también échenle que TODO  a nuestro alrededor  nos ayuda a interiorizar esa idea, desde algo como la NEFASTA epístola de Melchor Ocampo, al decir que el “individuo que no puede bastarse a sí mismo para llegar a la perfección del género humano. Este no existe en la persona sola sino en la dualidad conyugal”, hasta todas esas miles de canciones, películas, telenovelas, libros e historias románticas que nos invaden hacia donde sea que nos queramos mover haciendo énfasis en que no debemos estar solas, es más, si estamos solas y si no “soportamos todo por amor” algo está mal con nosotras. Si me dieran $50 por cada vez que alguien me voltea ver con cara de lástima cuando me preguntan que si tengo novio y les contesto que no, ya estaría viajando por décima vez al Sahara, me ven como bicho raro y no falla quien me diga la maravillosa frase de “es que les das miedo, a los hombres hay que dejarlos creer que hacemos lo que ellos dicen, pero tu eres muy mandona” … créanme, no volveré a caer en el estereotipo de mujer pendeja y necesitada nada más para no estar sola.

Mi mamá decía que yo tengo corazón de condominio, me imagino que el término “poliamorosa” le sonaba muy fuerte o aún no se popularizaba su uso, pero si, así me decía, que yo me enamoraba y me desenamoraba con una facilidad envidiable y que tenía un nuevo “amor de mi vida” cada semana…y si, soy una  enamoradiza  y también como decía mi madre, yo no discrimino, me gustan TODOS! Pero no…creo que realmente me he enamorado sólo dos veces en mi vida. La primera fue en el 2001 de un tipo menor que yo 5 años y con el que finalmente, nunca pasó nada entre él y yo, pero viví idealizando la imagen de él por mucho tiempo.

La segunda vez ha sido la más trágica de mi vida, es más, casi como decía mi Frida Kahlo “Sufrí dos graves accidentes en mi vida….Uno en el cual un tranvía me arrolló y el segundo fue Diego”, así, justo así me pasó con este señor…una tarde de agosto del 2010, me cambió la vida cuando vi sus HERMOSOS ojos verdes y sentí como un escalofrío me recorrió toda la espina dorsal y supe en ese momento que yo no volvería a ser la misma aunque todo el escenario estaba puesto para que lo nuestro nunca ocurriera, ambos teníamos una relación con otras personas y él estaba convencido de que nunca le iba a hacer caso porque él usa traje, mancuernillas y corbata a diario y a mí me gustan “pandrosos”, tatuados y barbones sexys como me lo hizo saber en una llamada en noviembre de ese mismo año.

Con el tiempo, nos convertimos en eso que llamamos esta “yo, tan yo” y ese “tú, tan tú” y por un tiempo, nos salió muy bien en eso de ser simplemente  “nosotros”… finalmente, no resultó como hubiésemos querido y lastimamos a gente en el camino y nos lastimamos mutuamente hasta que no sé cómo fue que terminamos sin ni siquiera poder hablarnos por poco menos de dos años, bueno si sé, pero es una larga y terrible historia.  En fin, de verdad en esos dos años, yo sufrí una barbaridad, sufrí porque más allá de saber que era el GRAN amor de mi vida, y que por primera vez había querido con toda mi alma y mi cerebro, tener una hija con alguien y vivir todos los momentos cotidianos con él, extrañaba a mi amigo, a ese señor de inteligencia brutal que orientaba siempre todas mis dudas de una vida adulta y política que apenas empezaba a recorrer.

Fueron dos años en que lo stalkeaba a diario y ahora sé que él también a mí (es un señor muy correcto, entonces él dice que no me stalkeaba,  él me leía, dice que es diferente jaja) y he de reconocer, que el día que tomé protesta como Consejera del INMUJERES, a la ÚNICA persona que quería llamar al terminar el evento, era a él, porque sabía que él entendía perfectamente lo que estaba sintiendo y lo que significaba para mí el haber sido elegida…y así, como en estas historias que leemos desde chiquitas, un día, sin que estuviera planeado y totalmente sin esperarlo, nos volvimos a encontrar en  medio de un evento en el que el tema, era una más de las utopías que habíamos empezado a construir juntos, así que nos vimos y nos saludamos con un abrazo en el que yo sentí que el alma me estaba, literalmente, regresando al cuerpo.

Ha pasado ya casi un año desde ese reencuentro, en el que nos hemos visto pocas veces pero estamos todo el tiempo en contacto, porque terminamos como cuando nos conocimos, construyendo utopías y haciendo que las cosas cambien en este mundo…y yo, no voy a mentir, yo sigo enamorada de él como desde hace casi 4 años, sin embargo, una vez más, el feminismo me ha cambiado la vida y aunque si, nada me gustaría más que tener una hija con el color de sus ojos, y me muero porque me vuelva a mirar como antes y porque nada me haría más feliz que amanecer a su lado hasta morirme de viejita…también ahora sé que él ya no es el señor que , aunque él no lo decidiera, dueño de mi vida y todas mis decisiones giraban en torno a él…aunque claro, él sigue aún siendo el GRAN amor de mi vida.

Me topé hace tiempo con un maravilloso texto de mi querida Sara Lovera, donde habla sobre este amor romántico del que crecimos idealizando y cito: “Pero además en este sistema patriarcal el amor está regido por la ideología de la propiedad privada y de ella derivan lo que decimos que desvanece el amor: estamos esperando siempre de los otros, de ahí el miedo al abandono, a la descalificación, al desprecio.” También, en este texto, Lovera habla de cómo el amor se presenta como carencia, inseguridad y miedo al desamor y como muchas veces, las mujeres en búsqueda de ese “amor”, lo convertimos en la búsqueda de la felicidad del otro, en vez de la felicidad de nosotras mismas.

Y en este texto, cita a la Maestra Marcela Lagarde, quien describe que esta forma de amor, este amor romántico, no es otra cosa que uno más de los cautiverios en el que caemos las mujeres y nos impide ser libres y autónomas. Así, como bien señala Lagarde, “nos han enseñado a tener miedo a la libertad; miedo a tomar decisiones, miedo a la soledad. El miedo a la soledad es un gran impedimento en la construcción de la autonomía, porque desde muy pequeñas y toda la vida se nos ha formado en el sentimiento de orfandad; porque se nos ha hecho profundamente dependientes de los demás y se nos ha hecho sentir que la soledad es negativa, alrededor de la cual hay toda clase de mitos”, y con base a estos miedos, aceptamos estar en relaciones donde consciente o inconscientemente, nos colocamos en situaciones de desventaja frente al otro…perdón, corrijo…DECIDIMOS colocarnos en situaciones de desventaja aún sabiendo que terminaremos sufriendo…pero, vamos…¿apoco no es irresistible toda esa onda del sufrimiento del amor y cumplir con el cliché peliculero de deprimirnos viendo la televisión mientras nos comemos un litro de helado envueltas en una cobija en un sillón gozando tanta sufridera  elegida por nosotras mismas? Eso es lo que durante AÑOS nos han hecho creer los medios de comunicación y la repetición de estereotipos y roles de género donde hasta parecería que, como dijo la maestra Lagarde “Las mujeres somos expertas en nostalgia y como parte de la cultura romántica se vuelve un atributo del género de las mujeres”

Y así, decidí ser congruente con lo que a diario predico y construyo, analicé todos y cada uno de mis sentimientos hacia este señor y finalmente entendí algo…yo he decidido ponerme en esta situación, pero así, en pleno uso de mi autonomía, la cual también  implica elegir cometer los mismos errores , tengo que entender que el seguir enamorada de él es ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE mi problema, y como tal, YO me tengo que hacer responsable de MIS sentimientos y no esperar y MUCHO MENOS enojarme porque él no me quiera de la misma manera. También he entendido que independientemente de mis sentimientos hacia él, yo tengo un plan de vida, tengo proyectos personales y profesionales en los cuales él no está incluido y que bajo ningún motivo, pienso renunciar a ellos, ni por él ni por nadie. Que si sigo caminando junto a él como compañero y cómplice de utopías, es maravilloso, pero que su presencia en mi vida no me define ni me delimita, sólo me complementa. Así, que en un ejercicio de congruencia, he decidido estar sola, anteponer mi autonomía a todos esos seductores trucos del amor romántico y sabiendo que no necesito que él me ame para yo amarlo, que lo amo ahí, a distancia, desde donde está y que tampoco estoy cerrada con la idea de enamorarme de alguien más, pero por el momento, a mí me funciona vivir de esta manera…digamos que estoy redescubriendo otra forma de amar, libre de mitos y lecciones aprendidas y no propias, simplemente he decidido poner mis reglas y disfrutarlas.

Así, no hay nada más liberador que entender esto, el amor no tiene que ser una constante sufridera como nos lo han hecho creer, el amor, tiene mucho más que ver con decisiones y autonomía, que con flechazos mágicos y mariposas en el estómago. El amor debería siempre llevarnos a ser mejores personas  y no a transformarnos en una imagen casi irreconocible de lo que somos. El amor es para gozarlo, para fortalecernos, para impulsarnos a ser mejores…el amor no duele, no lastima, no chantajea, no destruye…si se siente así, no es amor y entonces, hay que salir corriendo hacia el otro lado y encontrar dentro de cada uno/a de nosotras ese verdadero amor, empezando por el amor propio. Finalmente, el amor SIEMPRE es amor, en cualquiera de sus representaciones y si…sigo creyendo en eso que decía Lennon…”all you need is love”…  amor, sin sacrificios ni dependencias…amor en complicidad y en autonomía.

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Comentario

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Comentario de Karla de Lourdes Márquez Sandova el marzo 18, 2014 a las 12:37pm

Excelente la forma en que describes esta situación en la que, por lo menos yo igual vivo...

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