El día que tomamos la noche, Reclamo la noche Aguascalientes

“Por Cristal, por Aurora, por Susana, por Rosa, Por Katy, ¡justicia!”

Eran las 9:15pm del sábado 23 de septiembre, afuera de las oficinas de la policía Ministerial más de un centenar de mujeres nos reunimos, la noche era nuestra cómplice, se repartieron antorchas, velas, paliacates.

Sí, afuera de las oficinas encargadas de procurar la justicia iniciamos una marcha para tomar las calles y sobretodo la noche, las antorchas se encendieron e iluminaron nuestros pasos, mientras, entre melancolía cantábamos:

“Este gobierno corrupto, hermanas, nos quieren desaparecer, no somos todas, hermanas, nos faltan muchas mujeres”.

Recorrimos las principales calles del centro de la ciudad de Aguascalientes, esas calles donde de noche están los bares a donde las y los jóvenes acuden –acudimos-, donde festejan y celebran, pero también donde las mujeres sufrimos más violencia, porque creen que salir a beber, baila, traer unas copas de más, salir sola, con amigas, es sinónimo de que pueden hacer con nosotras lo que quieran,

“No, es NO”

En algún lugar leí que las feministas lo que queremos es estar fuera de nuestros hogares hasta las 3 de la madrugada, ponernos borrachas y hacer lo que queramos cuando nos da la gana, que no entendemos que la vida es insegura. Disculpen, pero la vida es insegura por que muchos hombres –en este caso hombres- creen que pueden hacer, decidir, actuar sobre nuestro cuerpo y libertad como les plazca. Cada una es libre de hacer, decidir y actuar como quiera, es su –nuestra- libertad, pero debemos hacerlo sin miedo.

Camino a la marcha pase por unas calles muy oscuras, entre las sombras salió un señor en bicicleta, iba muy lejos de mí, a unos 5 metros o más, pero sentir esa presencia entre la oscuridad me dio miedo y apreté el paso, el señor paso como si nada y no lo volví a ver, pero no siempre es lo mismo.

Tomamos la noche, esa noche que nos da miedo, esa noche que esconde entre las sombras lo más oscuro del alma humana, esa que asesina, viola, secuestra mujeres.

“no me da la gana, ser asesinada, por quien dice que me ama”

Pasamos por esos lugares, donde muchos hombres nos miraban con risa, nos tomaban fotos y se burlan, donde otras mujeres soltaban la mano de su pareja y nos aplaudían al pasar pero otras volteaban la cara o pasaban de largo.

Marchamos por Cristal, Aurora, Susana, Rosa, Katy, Lesvy, Mara, Lupita, Angélica, Andrea, marchamos por todas, porque si tocan a una nos tocan a todas, salimos a tomar las calles de noche, juntas, codo con codo, porque es nuestro derecho vivir sin miedo, sin inseguridad.

“Por nuestras muertas ni un minuto de silencio, toda una vida de lucha”

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