
El cuerpo es el primer territorio de libertad. Antes que la palabra pública o la participación política, está la certeza íntima de que este espacio nos pertenece. Habitar el cuerpo como soberanía significa reconocerlo como un lugar legítimo y propio, no disponible para el control ajeno ni para narrativas que buscan reducirnos o invisibilizarnos.
El cuerpo es soberanía cuando se convierte en decisión: sobre nuestro tiempo, nuestros deseos, nuestra salud, nuestros ritmos.
Es soberanía cuando lo tratamos con cuidado y respeto, sin culpas heredadas ni mandatos externos.
Es soberanía cuando lo narramos con nuestras palabras y lo mostramos como presencia, no como ausencia.
En Mujeres Construyendo creemos que la democracia empieza aquí: en la piel, en la voz, en la conciencia de que el cuerpo es el lugar donde se escribe la primera línea de nuestra autonomía. Desde ahí podemos construir paz, levantar la voz y tejer futuro.
Este septiembre lo hemos dicho de muchas formas: donde hay cuerpo, hay democracia. Hoy lo decimos con fuerza: nuestro cuerpo es soberano. Y cuando lo vivimos así, no solo ganamos autonomía individual, también ampliamos los horizontes de la libertad colectiva.
Queremos que este espacio sea también un lugar de diálogo y de palabra viva. Por eso, te invitamos a compartir tu reflexión:
¿Qué significa para ti habitar tu cuerpo como espacio de soberanía?
¿Qué decisiones han marcado tu forma de vivirlo?
¿Qué narrativas has roto o resignificado a lo largo de tu historia?
Cada texto, cada memoria, cada palabra que compartes abre camino para que otra mujer se reconozca en su propia soberanía.
#Tuvozcuenta #16añosconstruyendojuntas #nuestrasvocesunidashacenladiferencia
¡Tienes que ser miembro de Mujeres Construyendo para agregar comentarios!
Únete a Mujeres Construyendo