Hace poco fui a dar una conferencia en Puebla y platicando con una colega de las clases que daba en una Universidad me dijo que les decía a sus alumnas que si querían ser exitosas tenían que sacrificar la parte familiar. Su consejo iba super bien intencionado, si quieren tener una familia, pues será muy difícil  lograr altos mandos en lo profesional por la responsabilidad que implica.

Yo difiero de este comentario por que estoy convencida que las mujeres que realmente se proponen crecer en lo profesional, si así lo quieren, pueden tener un equilibrio en su vida familiar y profesional.  Una vez al año voy a comer con un ex jefe con el que trabajé justo poco antes de casarme. Cada vez que lo veo me reclama que por que renuncié y nos morimos de la risa por que insiste en que me hubiera ido muy bien si me hubiera quedado. Una de las veces que le contesté, le dije que aunque no hubiera renunciado antes, eventualmente se me iba a complicar con el tema de los hijos y me contestó  que las mujeres tenemos la culpa de no tener mejor nivel en lo profesional.  Me lo estaba demostrando por que me hizo ver que la que decidió que no podía tener ese equilibrio había sido yo, no él.

De hecho, en su empresa tiene más mujeres en los niveles directivos que hombres y muchas de ellas son mamás.  Me tuve que quedar callada, por que no pude discutir que no es fácil para las mujeres en una cultura que en su mayoría tiende a ser machista o como se diría en inglés “Male oriented”.  Tenía razón, no es que no haya oportunidades, es que nosotros escogemos, y no está mal, son prioridades, sin embargo eso no quiere decir que no se pueda mantener un equilibrio. Al final, nunca dejé de trabajar, sólo me cambié de trabajos aceptando diferentes responsabilidades que se adaptaran a mi situación familiar en ese momento.

La semana pasada me reuní con una clienta que es directora,  la única mujer directora en un grupo de cómo 10, tiene dos hijos de 5 y 3 años y trabaja de tiempo completo. Logró tener una excelente comunicación con su marido y se reparten el trabajo en casa y de los hijos, cuando ella tiene que viajar o ir a una junta, él la apoya. Su prioridad es su familia, y también su trabajo y lo hace muy bien. 

No me atrevería a criticar a ninguna mujer que decide renunciar para dedicarse a su familia, yo apoyo completamente la educación y los valores de la familia como prioridad.  Lo que sí creo es que si alguna de esas mujeres, piensa que no le queda de otra, yo estoy segura que se puede balancear las dos cosas con buena comunicación, y herramientas que te hagan la vida más práctica para poder lograrlo.  El tema es querer y proponértelo.

Tengo muchos clientes y amigos que han otorgado un día para “Home Office”, que permiten que terminen de trabajar desde su casa, que les dan permiso de ausentarse a ciertas juntas de la escuela, y todo por que ellas se han atrevido a pedirlo. Quizá nadie te lo va a poner sobre la mesa, pero estoy segura que si quieres, se puede sin atropellar tus valores y poniendo en una balanza para ver el costo-beneficio. Mientras entregues resultados, esto no debería ser un problema.

Hoy quiero felicitar a todas las mujeres que se quieren desarrollar profesionalmente poco a poco o que ya son grandes personajes en lo profesional.  Se requiere de mucha dedicación, tenacidad, constancia y sobre todo, creer que se puede, por que si tú no crees en ti, nadie lo hará.   Si sabes de una mujer así, comparte su historia en este espacio.

Ale Marroquín, es consultor en imagen y protocolo de negocios. Certificada por la Asociación Internacional de Consultores en Imagen (AICI) como FLC (First Level Certificate). Con casi 20 años de experiencia en áreas de ventas y relaciones con clientes, Ale Marroquín, asesora a las personas para transformar sus habilidades en áreas de comunicación, liderazgo, comportamiento, actitud y apariencia profesional. Acelerando el potencial de las personas. www.alemarroquin.com ;twitter @a_marroquin