Dicen que me volveré más tonta… y aquí sigo usando ChatGPT

¿La IA es peligrosa? Solo si no sabes usarla bien

 

Llevo días  escuchando el runrún...

“Dicen que si usas ChatGPT te vuelves más tonta.”

“Que si las inteligencias artificiales van a hacer que dejemos de pensar.”

“Que si todo esto nos va a convertir en zombis tecnológicos.”

Y mira, entiendo el miedo.

Porque sí, es verdad: un estudio reciente de la Universidad de Stanford ha concluido que quienes usan ChatGPT para resolver tareas complejas tienden a depender más de sus respuestas y, por tanto, podrían perder parte de su pensamiento crítico si no prestan atención.

Pero... espera.

¿Eso significa que usar inteligencia artificial es malo?

¿Que vamos a acabar todas atontadas frente a una pantalla?

No.

Eso solo pasa si no aprendemos a usarla bien.

Y ahí está la clave.

 

No es magia. Es una herramienta (y tú eres la que manda)

ChatGPT no es una bola de cristal, ni una mente brillante que lo sabe todo.

Es una herramienta que funciona según lo que tú le pidas.

Si le haces preguntas vagas, te dará respuestas vagas.

Si le das contexto, instrucciones claras, ejemplos, y luego revisas lo que te ofrece... ¡entonces sí que empieza la magia!

Pero la magia no está en la máquina.

Está en ti.

 

¿Dejamos de pensar cuando usamos un GPS?

Piensa en esto: cuando apareció el GPS, muchas personas dejaron de mirar los mapas. ¿Eso nos hace más tontas?

Depende.

Si lo usas con criterio, te ahorra tiempo y te lleva por caminos más rápidos.

Si dependes ciegamente de él y dejas de observar lo que pasa a tu alrededor, entonces sí: te pierdes… incluso con el GPS encendido.

Con ChatGPT pasa lo mismo.

 

Usar la IA con cabeza (y con alma)

Yo uso ChatGPT cada día.

Me ayuda a ordenar ideas, a repasar textos, a jugar con posibles títulos de un post.

Me propone versiones alternativas de algo que ya he escrito y, muchas veces, me devuelve cosas que digo: “Uy, esto no lo había pensado así.”

¿Me hace eso menos inteligente?

Para nada.

Me hace más ágil, más creativa y —sobre todo— más libre.

Libre para concentrarme en lo importante: en conectar contigo, en crear desde mi experiencia, en enseñar desde mi recorrido.

La trampa está en no cuestionar nada

El problema no es la IA.

El problema es no tener criterio, no revisar, no contrastar, no pensar.

Por eso me gusta decir que ChatGPT no sustituye tu voz.

Pero sí puede ayudarte a encontrarla.

O a afinarla. O a darle forma.

Siempre que tú tengas claro lo que quieres decir, a quién se lo dices y desde qué lugar lo haces.

 

No hay que tenerle miedo. Hay que tenerle el pulso

Aprender a usar herramientas como ChatGPT no es un lujo ni una moda pasajera.

Es parte de nuestra alfabetización digital.

Como aprender a mandar un email en los 90.

Como abrir tu primer perfil en redes.

Como publicar tu primer post en un blog.

Nadie nace sabiendo.

Y no se trata de “hacerlo perfecto”, sino de usar lo que tienes a tu favor.

¿Te estás preguntando cómo usar esta herramienta sin perder tu esencia?

¿Sientes que podrías sacarle partido, pero aún no sabes por dónde empezar?

Quédate cerca… porque dentro de poco, habrá sorpresas por aquí,  para mujeres como tú: prácticas, sabias y con ganas de aprender a su ritmo.

Vistas: 6

Comentario

¡Tienes que ser miembro de Mujeres Construyendo para agregar comentarios!

Únete a Mujeres Construyendo

Comunidad global de mujeres que crean, actúan con propósito y transforman desde la palabra, la sororidad y la tecnología con conciencia.

Contacto

info@mujeresconstruyendo.com

¡Sigamos conversando en nuestras redes sociales!

 



© 2025   Creada por Mujeres Construyendo.   Con tecnología de

Insignias  |  Informar un problema  |  Política de privacidad  |  Términos de servicio