Mi primer recuerdo del día de las madres fue cuando tenía 5 años ya que hice un berrinche tremendo porque mis padres no me compraron los zapatos que quería para el festival de la escuela. Tiempo después y con mi gran afición al baile regional, me encargaba de salir en todos y cada uno de los festivales del día de la madre hasta que termine la secundaria, me emocionaba el día, me emocionaba el festejo, el vestido, los zapatos, los pasos de baile, el peinado, la foto, y por supuesto el regalo para mamá, yo fui de las niñas que ahorraban día a día para comprar un pequeño regalo para mi madre, la cual lo recibía sin ninguna muestra de felicidad, aun cuando lo que yo mas deseaba era que le gustara ese obsequio que tanto dinero, esfuerzo y trabajo me había costado.
Ahora, muchos años después de estos desengaños que recibí año tras año, y posteriormente de ser madre, me doy cuenta que una madre no es solo aquella que ves en la televisión, que por cierto, no sé porque hacen arquetipos tan complejos de las madres, aun no entiendo porque siempre sale una mamá en su mayoría joven, esbelta y sin panza, con unas manos sumamente cuidadas y con manicura, vestida casi a la última moda, sin un cabello fuera de su lugar, zapatos impecables, en una súper casa, limpia hasta decir basta, juguetes acomodados, niños limpios, bueno hasta el perro recién bañado y casi se puede respirar un agradable aroma del ambientador, no hay que olvidar la cocina, ni un rastro de cochambre, los trastes lavados, escurridos y acomodados, todo en un fabuloso orden, con un rostro de felicidad que hace parecer que ser madre y ama de casa,(creo que no he visto muchos comerciales en donde la mamá trabaja), es como sacarse la lotería. Y que para mantener la casa limpia solo hace falta un trapazo, caray creo que ni en el cuento de la cenicienta todo es tan perfecto.
Y volviendo a las madres que no son de cuento de televisión, yo no me percate que para mi madre era un trabajo mal pagado, mal valorado el ser ama de casa, que para ir a los festivales tenía que pasar a arreglar una casa, lavar, hacer la comida, tener la ropa lista de mi padre y de mi hermano, dejar todo en orden y obviamente cuando llegaba a la escuela tal vez solo quería descansar y divertirse un poco, salir de su rutina, y olvidarse de todo por unos momentos.
Nunca como ahora aprecio los esfuerzos que hizo mi madre al estar ahí, nunca como ahora aprecio a esas mujeres que trabajan en el hogar, a esas que además de tener un empleo llegan a su casa a hacer labores, a ver a sus hijos, a revisar tareas, a recibir al esposo si existe, claro, a dormir tarde y levantarse temprano. A esas madres que tienen las manos maltratadas por los quehaceres de la casa, esas que no tienen el suficiente tiempo para hacer ejercicio y se la pasan recogiendo la ropa sucia de los chamacos, sacudiendo muebles, limpiando zapatitos, ayudando con las tareas, inventando nuevos métodos para enseñar las tablas de multiplicar, esas que permiten a sus hijos adolecentes ir a fiestas, no importando que tengan que ir por ellos a la una de la mañana a kms de distancia aun cuando ellas tengan que llegar a la oficina a las ocho y dejar antes su casa limpia y la comida hecha.
Admiro tanto la labor de ser madre, de ser amiga, de ser cómplice, ama de casa, empleada, sicóloga, enfermera, esposa, amiga, prima, tía, etc. etc. etc.
Ahora entiendo que si mi madre actuaba de una manera casi indiferente no era porque no le agradaran mis regalos, o no apreciara mis esfuerzos, es que estaba tan cansada de todo, de la misma vida, de la violencia de mi padre, que ya no sabía como disfrutar los momentos bellos que la vida le regalaba.
Mamás a todas ustedes que hacen un verdadero esfuerzo por ser las mujeres perfectas, solo quiero decirles que aprecien la sonrisa, los pequeños regalos, los abrazos, los te quiero, de sus hijos, porque un día crecerán y ya no estarán más con ustedes, porque un día tal vez y con mucho esfuerzo de parte de ellos, el único día que podrán verlos será un diez de mayo de cada año y eso sin contar que tal vez se encuentren lejos y a lo más que recibirán un Feliz día mamá o quizá no haya un día más porque tuvieron que partir al lugar del cual no existe el regreso. Díganle a sus hijos cuanto los aman, cuan importantes son para ustedes y no dejen de decirles “te quiero”
A todas las madres les deseo de todo corazón pasen un DIEZ DE MAYO inolvidable, disfruten, gocen, aprecien, porque los hijos crecen. El mejor regalo de una madre es sentir que ha valido la pena ser MAMÁ.
Y a todos los hijos les digo que no solo el diez de mayo se acuerden de sus madres, Todos los días ámenla, disfrútenla, consiéntela y agradezcan a Dios ese regalo, pues aun como sea su madre no hay que olvidar que a este planeta venimos a aprender y que su primer gran maestro es su mamá. Háganle saber y sentir de igual forma su amor, su gratitud, su admiración. Y si ya no la tienen, recuérdenla con amor, comprendan que bueno, malo o más o menos lo que le enseño, les dio era lo único que podía enseñarles y darles en ese momento que para ella era lo mejor porque nadie da lo que no tiene. Y que seguramente desde donde se encuentre les estará enviando sus bendiciones.
FELIZ DÍA DE LAS MADRES AMIGAS, Y QUE DIOS LAS BENDIGA.
PD. Y si por alguna causa estarán solas este día, no estén tristes, festéjense ustedes, consiéntanse, amansé y siéntanse orgullosas de haber cumplido su papel, de haber sido madres, no todas tienen ese privilegio, Una de sus misiones está cumplida, Ahora disfruten a la mujer que dejaron en el olvido y rezagada por tratar de ser buenas madres, y existe aún dentro de ustedes, sáquenla y a VIVIR lo que sigue. Las quiero
TAVATA
Una madre 100% orgullosa de sus hijos. Y nunca madre perfecta
Comentario
Mi querida Renata alias "la flaca" mil gracias por leerme yo también te envio un super mega abrazo, y aprovechando que me escribes, podrías envíarme tu num de cel en mensaje privado? es que me robaron el cel ya a casi un mes y por lo tanto todos mis contactos. besos abrazos y apapachos
Tavata, casi un mes después pero topo con tu post y me gusta mucho. Cierto, la maternidad, no importa cuánto nos esforcemos, siempre nos sobrepasa. La regamos, nos agota. Nos creamos tan altas expectativas que nunca quedamos conformes. Con todo, hacemos nuestro mejor esfuerzo. Siempre se los he dicho a mis hijos: ¿pues que tu crees que de todas las posibilidades que se me ocurrieron escogí la "peor"... menso? Claro que no, cada acción, cada decisión fue, en su momento, lo que parecía más correcto. Te mando un besote!
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