El día de las madres, puede ser abrumador. Para mí es un día de sentimientos encontrados. Tengo la gran fortuna de tener a mi madre y de ser madre. Y este 10 de mayo, segundo día de las madres con pandemia, me pregunto cuánto es mi privilegio y cuál es la brecha con otras grandes mamás que se enfrentan a tantas cosas. Así que para ordenar mis ideas, busqué la definición de madre en el diccionario. Siempre recurro a él y siempre encuentro grandes revelaciones, la de hoy no ha sido la excepción.

Madre. Del lat. mater, -tris.

1. f. Mujer que ha concebido o ha parido uno o más hijos.
2. f. Mujer que ejerce de madre.

Obvio, nada informativo. Entonces me lancé a buscar maternidad.

Maternidad. Del lat. mediev. maternitas, -atis, y este del lat. maternus 'materno' e -ĭtas '-idad'.

1. f. Estado o cualidad de madre.

Cuán circular. Ahora comprendo. Oficialmente madre es aquella que concibe o trae al mundo. Oficialmente nos dan un papelito en donde ese gran hecho queda registrado para la historia y listo. Cualquier otra consideración o prebenda es un extra, si acaso ganado con lágrimas y sangre. ¿Será por que la sociedad no le da valor al momento en el que cada uno de nosotros, grandiosos seres humanos llegamos al mundo? ¿Será que la sociedad no le da valor a los regalos que traemos por el solo hecho de aterrizar y existir en esta geografía? En realidad, una vez aterrizados habrá que luchar para demostrar que valió la pena invertir y gastar en nosotros, en nuestra educación, en nuestro cuidado. Ahí la fuente de todas las inequidades. Cada ser humano deberá de crecer para demostrar su valía, mientras no lo haga, solo valdrá para su madre. Por supuesto existen grandes, grandísimos casos de padres comprometidos, hoy no es el día de hablar de ellos. Hoy es el día de hablar de las mayorías, de las madres. Si el diccionario, reflejo de nuestra cultura, no reconoce el universo enorme que significa el esfuerzo diario y casi eterno de proveer acciones de “madre” a la sociedad, eso precisamente es lo que encontramos allá afuera. Y ahí la fuente de todas las horrendas estadísticas y desigualdades.

Y, ¿qué tal que redefinimos oficialmente el significado de madre? Y, ¿qué tal que como sociedad reconocemos oficialmente el valor de las acciones de madre? Y es que ser madre en realidad es un verbo. No es un sustantivo, no es un adjetivo, no es algo que sucede en un día, no es una forma de ser definida, estática, como ser profesional, ser atleta, ser conocedor, ser alegre, ser comprometido, ser estudioso, ser responsable, ser …… Ser madre contiene todas las formas de ser que implican un principio y un fin, e inclusive, cuando ser madre no se ve como ninguna de esas formas, ni si quiera así, se deja de ser madre. Y para complicarla, ni si quiera si no se concibió o parió, se puede decir, que no se “es madre”. Ser madre es ser la guardiana de la salud, aunque no se cuente con instrumental, medicamentos o entrenamiento. Ser madre es ser la guardiana de la higiene, aunque no se cuente con agua, jabón o siquiera entrenamiento. Ser madre es la guardiana de la cultura, aunque no se cuente con conocimiento, libros o títulos. Ser madre es ser la guardiana de las religiones, aunque nunca se cuente con nombramientos, reconocimientos o financiamiento. Ser madre es ser la guardiana de la educación, aunque no se cuente con educación, con lápices, con tablets o con escuelas. Ser madre es ser la guardiana del corazón, aunque no se entienda de salud mental, de inteligencia emocional ni se sepa escribir la palabra terapeuta. Ser madre es ser la guardiana de la tradición, aunque por tradición no se tenga valor, ni se entienda de tradición. Ser madre es ser estratega del desarrollo, aunque no se conozca de probabilidades, de efectos, ni de visiones. Ser madre es ser luchadora social, por las de una misma, por las y los de todas, por todos los nuestros. Ser madre es ser experta en gestionar recursos, aunque no se tengan, aunque nadie los provea, aunque nadie crea que se necesitan asignar. Ser madre es ser sustituta, de todas las que pueden solas, para apoyar en lo que no se necesita apoyar, por que madre, solo es parir. Ser madre es ser maestra, de todo lo que nadie tiene ganas de aprender, y de todo lo que nadie considera importante. Ser madre es ser policía, por que no vale la pena invertir en cuidarnos y protegernos, ni a las nuestras, ni a los nuestros. Ser madre es ser investigador privado, por que cuando lo valioso se pierde, solo la madre se interesa en buscarlo. Ser madre es tener memoria, por que quien recuerda lo no importante, quien quiere registrar lo doloroso, quien quiere recordar y exigir justicia por lo imperdonable. Ser madre es ser pintora, por que quien anuncia a todo color, registra donde se pueda y graba su dolor para que no se olvide, si no se es madre. Ser madre es ser enfermera, de todos y todas las que no son importantes de cuidar, no por que no valen ya para la sociedad, sino por que nunca valieron. Ser madre es la humanidad misma, y tal vez por eso la RAE se conformó, o resignó en su significado. ¿Cómo somos humanos? ¿Cómo abrazamos nuestra humanidad, cómo la definimos, cómo la acotamos?

Podríamos empezar por valorarla, pedacito a pedacito. Podríamos comenzar por verla, bebé por bebé, en toda su grandeza. Y reconocer el gran valor de aquellas que, por circunstancia, decisión, obligación, resignación, suerte, o puro milagro, están ahí. Al pie del cañón, guardando, cuidando, proveyendo, enseñando, valorando, arropando, inspirando, regañando, guiando a nuestra humanidad.

Madre, como sea que seas madre tú, te honro y veo.