Querida Soledad:
Inicio esta carta pasándote los ingredientes de las galletas de aquel día:
Me ahoga el aroma a galletas recién salidas del horno, fue día de hornear, batir, revolver, mezclar, algo tan sencillo se volvió tradición “la temporada de galletas de navidad”, y es que a todos (no solo a los hombres) se les llega por el estómago, ¿o no?, un pequeño y dulce detalle que terminara en manos de amigos, familiares, compañeros y vecinos que se portaron bien este año.
La receta es de mi abuela, decía qué, para mezclar todo debía usarse un tenedor y batir con fuerza, eso era lo que hacía especial a las galletas y que solo se prepararan una vez al año.
Tal vez se deba a la nostalgia del año que se agota, al clima frío que congela nuestras mejillas, pero los fantasmas de los 12 meses recorren con más devoción los pasillos de nuestra mente entre más se acerca el 31.
Sabes, hay días buenos y malos, otros que simplemente son pasajeros y unos más que se quieren estancar y causan pesadillas, pero intento convivir con ellos y sonreírles. Estos últimos días he redescubierto que un paso para poder sobrellevar las vicisitudes del camino y los tragos amargos es aprender a ser feliz contigo.
Pude decir lo siento y calmar la culpa que pesaba sobre mi espalda, hablar y tomar la decisión definitiva, para darme cuenta que estoy en paz, ahora cada quién camina por su lado: uno gritara a los cuatro vientos frente al océano nuestra historia, mientras que otro se perderá en los callejones llenos de historia en busca de su inicio.
Querida soledad, me has acompañado estos últimos años con algo de problemas, sé que no me dejo ayudar, qué escondo secretos y finjo muy bien cualquier malestar, pero entiende que la sociedad estipula que no debemos estar solas, hijos y un hogar feliz son la combinación perfecta, para algunas, y las que no cumplimos con esta receta, cargamos con la culpa y sobretodo contigo.
¿Ahora entiendes?, desde siempre me han dicho que tú eres la mala, por la qué sacrificamos felicidad, ideales, amistades con tal de no tener que cruzarnos en tu camino, ¿pero?, alguien se ha detenido y te ha preguntado ¿qué quieres?.
Ni tú ni yo podemos emprender la aventura si no sabemos convivir en equipo, y más allá de eso, si entendemos que debemos conocernos a nosotras antes de querer conocer a más personas, aclarar nuestro pasos y sobretodo vivir nuestros ideales.
Soledad, creo que tú y yo queremos lo mismo, al final, buscamos una vida libre y feliz dónde la única receta sea la de las galletas de mi abuela.
- Finalmente saque las galletas del horno, espolvoree de azúcar glass, sirva junto a una taza de ponche caliente y acompañe con buena compañía.
Con cariño @AngieConter
Comentario
Querida Marcela:
mil gracias y sobretodo gracias por tus sugerencias de MDH, me gusto sobretodo el número 4. Creo que intencionalmente no puse las maneras por que al final cada quién encuentra coloridas y diversas maneras de sentir, hacer y querer, aunque las que tu planteas son muy buenas.
Gracias por leerme
Angie qurida, me encantó tu reflexión, solo yo agregaria la MDH, como en viejos tiempos cuando no había computaora escribíamos las mujeres de mi generación, (manera de hacerse).
1-Retoma la tradición o condicionamiento de lo que se debe hacer y sentir en estas fechas,
2- Ver a la gente a nuestro alreddedor, y suponr que son más elices que nosotros
3- Creer que nuestra via está llena de baches
4- Olvidar que el solo respirar es una bendición y que tenemos la opción de elegir
5- Sentr nostalgia o carncia en el presente
Estas son algunos pasos que todos en algún momento los hemos llevado a cabo, sinembargo, como tu lo planteas, el tener la alegria de platicar con nosotras mismas, caenos bien y confiar en la vida es lo que nos lleva a vivir en plenitud todo el año sin ninguna programación., es vivir día con día, sacarle provecho a nuestras capacidades y compartir la vida a cada instante.
un abrazo
Marcela
Te mando un abrazo con olor a galletas, Angie!
Querida Claudia:
excato, es esa compañia que nunca nos deja, la que está a nuestro lado en las malas y buenas, aunque queremos nunca se aparta, y sí, es esa compañía que nos acompaña con galletas y una taza de ponche. Será por las fechas qué se siente más presente?, creo que sí.
Un abrazo y gracias por leerme.
Me fascinó, me lleno de ese aroma a galletas con Soledad.
La amiga incondicional que me abraza con tanta pasión ... sin intención de marcharse en algún momento. La maestra, la enemiga, la fuerza que me empuja ...
Taza de ponche...lista...caliente..
Buena compañía...la mejor...yo misma...
Excelente POST... digno de leer una noche como esta.
Gracias por compartir tan deliciosa receta.
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