Aprendizaje móvil para una generación en bicicleta

maestro y tics

 

Si vas en bicicleta y te detienes, te caes, necesitas seguir pedaleando, moviéndote para mantener el equilibrio y el avance. Así son las nuevas generaciones según Alessandro Baricco, Roxana Morduchowicz, Jenkins y otros teóricos que investigan a los jóvenes y sus relaciones de uso, consumo y apropiación de los medios. Una generación en movimiento no puede permanecer sentada, callada, pasiva, requiere ser el ciclista en la ruta del aprendizaje ¿Y el maestro? Es el guía, el instructor, el entrenador. ¿Cuándo fue la última vez que viste que el profesor de natación nadara por su alumno?

“Los jóvenes ya no se esfuerzan” decimos los profesores y es cierto, no entienden por esfuerzo lo mismo que nosotros, no persiguen nuestros objetivos, son distintos, no deberíamos compararnos. Estas generación de bárbaros, de pulgarcitos, de nativos digitales aprenden lo que les interesa de acuerdo a sus fines muy personales y lo demás lo dejan pasar. ¿Esa actitud genera hedonismo, aislamiento, especialización y parcialidad de la realidad? Lo más probable, pero creo que las generaciones anteriores tampoco escaparon a esto. Son una generación que crea respuestas, soluciones para los problemas que va enfrentando más que profundizar o teorizar lo que les parece ajeno.

“Ya no marchan, no van a mítines sociales y buscan el cambio” dicen los que todavía llevan la foto de Korda como imaginario de la transformación social. No, ni tomarán las calles porque son escenario del viejo régimen, de ideas que no les significan. Guardemos en la memoria la Primavera Árabe, el #132, movilizaciones callejeras gracias a la comunicación por redes sociales, eso está cambiando.

“Ahora les tengo que dar la clase por televisión o usar puro power point para que me hagan caso” Considero que no basta cambiar la forma, del pintarrón a la pantalla interactiva o de la exposición oral a una exposición en podcast. Hay que modificar el fondo, la metodología de enseñanza-aprendizaje. Aceptar que los profesores actualmente somos una bisagra entre el pasado y el futuro, aún tenemos que manejarnos con paradigmas casi obsoletos en lo práctico porque así está diseñado el sistema educativo y los cambios no se dan de un día para otro, pero tampoco podemos ignorar la realidad de las aulas, una generación que grita: “soy diferente, no entiendo lo que me dices y no me interesa”. ¿Cómo lidiar con el encuentro de dos mundos? Con creatividad, por favor, no repitamos la historia y matemos lo incomprensible sólo por la flojera que da intentar ver como los otros.

Ser bisagra es difícil y fascinante, tenemos la responsabilidad de explicar, traducir y rescatar lo que hemos construido con nuestro paradigma para pasarlo a esa nueva generación que está configurándose y creciendo con otras necesidades, objetivos, ideas, con su metáfora del surf y la bicicleta: unir los puntos, construir en la diversidad, colaborar. ¿Qué de nuestra metáfora del engranaje, la jerarquía, la tradición les sirve? Eso lo están decidiendo ellos, sólo nos queda presentárselos de la mejor manera y aprender a aprender de nuevo.

Estos jóvenes no surgieron por generación espontánea, son el resultado de muchos factores sociales. Las respuestas a nuevas metodologías educativas tampoco surgirán de la nada, se han ido probando desde hace tiempo, quizá en lo educativo podríamos decir que los primeros en visualizar el cambio fueron los creadores de la Open University en Inglaterra en 1924 cuando diseñaron programas educativos para quienes no podían asistir a las universidades regulares. Su objetivo era capacitar a adultos empleando materiales de consulta y trabajo que los alumnos podían usar en su tiempo y en el espacio que eligieran. Se aprobaban los cursos con un examen. Desde entonces hasta ahora la educación a distancia se ha ido adaptando a nuevos objetivos, públicos, realidades sociales y soportes instrumentales educativos. Les voy a contar tres casos que buscan que el alumno sea el ciclista, el maestro el tutor, la tecnología una herramienta y el aprendizaje sea tan profundo, ligero, vinculado o desvinculado con otros saberes como el alumno decida.

En el 2004 el Dr. Matthew Kam comenzó MILLEE (Mobile and Immersive Learning for Literacy in Emerging Economies) como su tesis de Ph.D. en la University of California, Berkeley. El objetivo era alfabetizar a la población de economías emergentes como China, India, África a través de los celulares que usan. Alumnos de maestría y licenciatura colaboraron para diseñar, programar, crear gráficos, y probar los juegos que se instalarían en los celulares para que sus dueños aprendieran inglés. Estos juegos no requerirían Internet, así que estarían disponibles para el usuario en cualquier hora y lugar. Este proyecto sigue vigente y se ha ido actualizando.

En 2009 la fundación Grameen apoyó un programa para educar a los granjeros sobre cómo proteger sus plantaciones. Se distribuyeron celulares entre los granjeros, se les pidió que ante cualquier duda sobre lo que pasaba con su plantación tomaran una fotografía, establecieran su posición con el GPS, completaran un cuestionario previamente diseñado, anotaran sus preguntas y enviaran esta información usando Internet. Científicos en Kampala, Uganda, les responderían y mandarían información adicional para ir conociendo sus cultivos.

En 2012 en Argentina, en una escuela primaria usaron códigos QR para etiquetar los vegetales que estaban plantando y dar información sobre ellos a cualquier persona que leyera el código con su celular. También se compartían estos códigos con alumnos de otras escuelas que tenían el proyecto del huerto para poder ir intercambiando información sobre sus procesos de siembra.

Son ejemplos concretos, muestran que no todo el material lo tenemos que crear nosotros, los alumnos ayudan en el proceso y hay que aprovechar lo que ya existe en Internet, en aplicaciones, en programas gratuitos para construir procesos de aprendizaje significativos para estos bárbaros que ya no están callados, ni sentados, que quieren andar en bicicleta. Los profesores también seguimos aprendiendo ¿Cuándo fue la última vez que sintió ese recorrido eléctrico por toda la espina dorsal porque una idea había sido incorporada a su mente? Eso es lo que los alumnos gustan de sentir y los profesores tampoco deberíamos dejarlo de sentir.

«La ciencia ha eliminado las distancias», pregonaba Melquíades. «Dentro de poco, el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra, sin moverse de su casa.» (Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez)

 

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