¿ALGUNA VEZ TE HAS CUESTIONADO EL PRECIO DE SER MADRE?

En el momento en que decides ser madre pareciera que dejaras de existir para ti y tu ser se vuelca en atender a tu hijo, ese bebe hermoso que te despierta a las horas de la madrugada sin entender si estas cansada, enferma, si te tienes que levantar temprano, si tienes que ir a trabajar, el solo reclama tu atención porque tiene hambre, tiene cólicos, está mojado, está enfermo,  no importa que le sucede, simplemente tienes que darle  atención a la hora que él lo requiera, no existen las noches, ni los fines de semana, ni las vacaciones, nada, dejas de  vivir simplemente para estar al pendiente de ese pequeño ser, va creciendo y no por eso se acabó  tu trabajo, todo lo contrario, ahora tendrás que cuidar que no caiga, que no se golpee, enseñarle a comer, a ir al baño, a caminar, definitivo no tienes un instante de paz ni en el baño, porque hasta ahí te siguen  y luego la escuela, tareas, amigos, fiestas, alimentación, vigilancia, caprichos, berrinches, y el bebé sigue creciendo , ahora es dinero, tareas complicadas, Tablet, celular,  gastos más fuertes, ropa más cara, exige sin compasión, y así van desarrollándose  entonces hay que aguantar  sus desplantes, groserías, las salidas a fiestas, los amigos que rechazamos, el primer amor, su Ego, si ese que alimentamos durante años, haciéndole creer que era lo máximo,   y nuestra preocupación va creciendo con los años, tratamos de dar consejos que muchas veces son objetados, rechazados con el típico “Ahora ya no es así” o “ya estas vieja”,  y ahí seguimos, dando y dando, alimentando a ese pequeño monstro que construimos a través  del tiempo ,  llega un momento en que como madres pasamos a ser olvidadas, abandonadas, ahora existe otro amor, si te va bien se van y si no,  ocuparan tu casa y estarás recluida en un cuarto de 2 x 2,  piensas, “¿para qué quiero más espacio?”. Y si piensas que ahí termino todo, que al fin te desististe de tu Frankenstein, te equivocas, porque tal vez se olvidan que un día les diste todo lo que pudiste e hiciste malabares para proporcionarles todo aquello que deseaban, ya que, según tú, querías lo mejor para ellos, Ah, pero deja que tengan un problema y entonces recuerdan que tienen una madre que seguro los sacará de él. Y ahí van nuevamente a sacarte hasta los ojos si se los permites. Pero claro, como les vas a abandonar es esos momentos, si eres su madre, y una “buena” madre hace lo que sea por sus hijos” total, no importa que te dejen en la calle sin cal...cetines. Les ayudas y nuevamente se van olvidándose de ti, su familia y ocupaciones requieren su atención, total tú ya estás muy vieja ya no necesitas nada, y si lo necesitas pues “arreglatelas" como puedas” tú siempre puedes.

En ese momento te das cuenta que tu bebé nunca creció, no se lo permitiste y piensas que la única forma que tienes de librarte de ellos es poniendo limites, (¿y eso como se hace?) o, que ellos se vuelvan millonarios, o que tu tengas una buena herencia que dejarles y te la quiten antes de lo pensado y se desaparezcan dejándote en el asilo o que te mueras. o de plano que te secuestren los extraterrestres y te usen como experimento, Pero si no cumples alguno de estos puntos, olvídate siempre estarán como vampiros alimentándose de ti, hasta sacarte la última gota de sangre.

Ah, pero lo olvidaba, llega el tan famoso “día de las madres” y entonces si te va bien, tienes que preparar la comida para los hijos y sus familias, otra vez a sacar tus ahorros para el gasto de la comilona, entonces hijos y yernos, hijas y nueras festejan, trastes por aquí, juguetes por allá, porcelana rota, basura, botellas y nosotras felices con las rosas y los chocolates, que nuestros querubines trajeron, ah que conmovedor. Y Ahí estas sentadas en un rincón rogando a Dios que se vayan porque ya no soportas tanto ruido, por fin te quedas sola, con la casa de cabeza, pero eso sí, muy feliz porque tus hijos te visitaron además de trajeron obsequios.

¡Pero, que hermoso es ser MADRE! , ojalá que aprendamos que; una buena madre no es la que se olvida de ella, una buena madre es aquella que aprende a soltar a sus hijos desde pequeños, esa que los vuelve independientes, esa que les enseña a trabajar, a cooperar, que los impulsa a buscar su propia vida, esa que no hace de una llamada una obligación, esa que puede decir NO, esa que pone límites, y que se ama, porque sabiendo amarse aprenderá a amar a los demás, Piensa en ti como si fueras tu propia hija. Y PERMITE QUE TUS HIJOS CREZCAN.

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