No quiero lastimarte más, si pudiera sanar todas tus heridas lo haría pero ese es un trabajo que sólo tú puedes hacer. Tampoco puedo exigirte que cambies nada para que yo no sufra, porque no es tu responsabilidad, simplemente puedo hacerme a un lado.

El amor no es esto y nunca lo ha sido, aunque a veces haya dolor porque a final de cuentas la empatía, el “ponerte en los zapatos del otro”, hace que te duelan sus dolores, pero el amor no duele, el amor es gozo, paz, armonía y algo muy importante: LIBERTAD, cosa que no hay en nuestra relación.

Ninguno de los dos podemos ser como realmente somos sin que salten chispas. Nadie merece vivir escondiéndose porque no se puede ser feliz así, teniendo que pretender ser lo que no eres para darle gusto a otros, porque entonces se ama a un fantasma y se pierde la posibilidad de conocer al otro como es y aceptarlo, con su luz y oscuridad.

¿Cómo puede haber complicidad con máscaras? Simplemente no es posible, y sin esa complicidad queda un vacío entre los supuestos amantes que tiene que llenarse con rutina, con mentiras, con costumbre.

El amor no es miedo. Puedes temer perder lo amado pero la incertidumbre al fin y al cabo es parte de la vida y hay que aprender a vivir con ella. No sólo el amor no es miedo sino que da confianza, certidumbre de que en este Universo y en lo infinito del tiempo, se tuvo la suerte de encontrarse, de coincidir con otra alma, no importa si duró un mes, 15 años o toda una vida, compartieron el camino, se ayudaron a crecer, se apreciaron, terminaron siendo mejores personas. No tiene porqué quedar amargura después de un regalo así.

El amor no es estático, cambia, madura, pasa de ser resultado de una atracción física que resulta en una mezcla de hormonas y neurotransmisores que llevan irremediablemente a la unión de los cuerpos y se va convirtiendo en una experiencia mucho más profunda, mucho más racional y con esto quiero decir mucho más humana, porque finalmente también los animales gozan del sexo y muchos hombres y mujeres también, sin que eso signifique para nada amor.

Entonces, después del enamoramiento tiene que intervenir la voluntad, acompañada del trabajo diario, en el amor no vale cansarse, ni distraerse.

Yo diría que así como en AA, en el amor vale decir “sólo por hoy”. Nada es eterno.

Diría Facundo Cabral que el amor nunca se muere, sólo cambia de lugar y creo que tiene razón para fortuna de todos los que aman, pero aunque no fuera así, el único sitio donde hemos de asegurar que permanezca es dentro de nosotros mismos porque todo lo que nos rodea es prestado: las personas van y vienen, la primavera da paso al invierno, las flores se secan, los hijos crecen y se van, los alumnos se gradúan y dejan de necesitarte, los padres mueren, llega el día de jubilarse y finalmente también uno tiene que irse.

Creo que como dice Tony de Mello, parte del secreto de la felicidad consiste en no necesitar nada. También sé que soltar es difícil, desapegarse hasta de las cosas duele, con más razón de las personas, pero el amor tampoco es apego. 

Para que se dé el amor, se necesitan dos personas autosuficientes, si no quieres alguien así, lo que estás buscando es que alguien dependa de ti, que te necesite y ese tipo de amor puede darse entre personas que no son iguales: padre e hijos, hijos y padres ancianos, un tutor y una persona discapacitada, un maestro y sus alumnos; Sin embargo para el amor adulto, que es lo que yo quisiera tener, la única cosa que se ocupa es que dos personas quieran estar juntas sin necesitarse. Que yo no dependa de ti no debiera hacerte sentir menospreciado, pero lo hace e insisto que eso no es amor sino dependencia. Por eso, muchas veces la prueba más grande de amor ( a uno mismo y al otro), es despedirse.