No es fácil decirte adios.  Fuiste una gran oportunidad que supe aprovechar en mi vida.

Aquí faltan 18 horas para que te vayas.  Pero no te vas de todo, sólo te desplazas al pasado inmediato.  A ese pasado que gracias a los objetivos que me propuse alcanzar antes de que comenzaras, exactamente hace 365 días, logré documentar y será más fácil recordarte con cariño y con nostalgia.

¿Sábes?  no simpre ha sido así!  He tenido todo tipo te momentos y de circunstancias a lo largo de mi vida.  Algunos años llenos de gloria, otros llenos de dolor y más aún de sufrimiento inmenso. 

También existieron algunos  que me hicieron vivir en un constante estado de alerta, llena de miedos, inseguridades, tristezas.

Te podrás imaginar que en 21 900 días de vida, ha habido de todo.  Muchos de ellos lentos y fugaces, la mayoría han sido intensos y aguerridos.  Pero hoy estoy en paz con los últimos 365.  Aprendí tantas cosas que es irremediable cerrar el año sin ennumerar mis logros y mis pendientes.

Me propuse aprender un idioma nuevo y aquí me tienes, ya al final del curso.  Me defiendo bastante bien en francés y eso me permitió integrarme mejor a la sociedad en la que vivo.

Me propuse aprender a jugar golf y aqui estoy, siendo capaz de recorrer el campo pegandole a la bola y viviendo una muy buena experiencia de pareja con mi marido.

Me propuse vigilar por mi salud, y aquí estoy en las mejores condiciones posibles, a mi edad, en este país que nos dá sustos a cada rato.  Con todo tipo de virus y alertas constantes.  Voy al gimnasio todos los días y me he fortalecido.

Me propuse escribir y aquí esta el resultado, Mujeres Construyendo me abrió la puerta y me permitió crecer en mi escritura y me permitió compartir con estas maravillosas mujeres que me siguen y a quienes sigo porque todos los días aprendí algo de ellas.

Me propuese ser feliz y la felicidad no es algo que llega por que te propones.Pero sí te llega si la trabajas y la ves.  La ves en cada flor, en cada momento hermoso, en cada amanecer.... La disfrutas con el sonido de los pájaros de la mañana y de los grillos del atardecer.  La felicidad se expresa de muchas formas, en un hermoso atardecer y hasta en una intensa tormenta.

La sientes en una conversación con amigas y construyes puentes maravillosos para sobrevivir en este ambiente, filtrando y ayudandonos unas a otras.

La disfrutas con la sonrisa de un niño desventurado, cuando volteas a verlo y haces algo por él.

Así, te vas y te conviertes en el principio de una continuidad hacia el irremediable arribo del 2014.

Te agradezco estos 365 días que me acercaron más mi persona, a mis amores y a mis temores.

Venga el 2014, con todo..... aquí estamos felices de recibirte!!