A tirar esos muros mamá...

¿Qué no puedo llevar a mi hijo a la junta? Pero ¿por que?, ¿Qué a Karlita la corrieron del trabajo al regresar del permiso de maternidad? ¿Es eso legal?, ¿Qué en el museo de Bellas Artes no hay cambiador para bebés?, ¿Qué en los viveros de Coyoacán te gritaron loca por no dejar que las ardillas se le treparan a tu hijo?, ¿Qué la doña de las tortas te regaña en público porque ve a tu hijo muy flaquito?... El mundo esta loco ¡y yo más!

En medio de estas catarsis personales, aparecen los juicios hechos, que nos dicen que la maternidad nos quita libertad. Parece injusto dejar caer esa sentencia sobre los hijos, sin embargo algunas veces el nivel de frustración que se vive como padre o madre ante las pocas alternativas laborales o familiares es descomunal y te puede llegar a convencer.

Cuando eres madre o padre te das cuenta que el estilo de vida del adulto poco tiene de cómodo o seguro para un niño. Cuando escucho la frase “este no es lugar para niños” sólo puedo pensar en que tampoco es un lugar para mí porque no hay una voluntad de compartir espacios.

La maternidad se ha convertido en una oportunidad, a las madres nos venden mil cosas que resuelven pocas de las necesidades reales. El target principal son las madres ya que son “amas” de casa y hogar, administradoras del dinero familiar pero en muchos casos no las dueñas. El cuidado del hogar y la crianza se convierten en las tareas de la nueva mamáahora hay más chamba y más cosas que comprar para que te “autoayudes” en casa cuando lavas y lavas cual Sísifo.

Probablemente antes de ser mamá jamás pensaste en las nuevas actividades que tendrías que organizar además de tu vida personal y laboral: el trabajo de ama de casa y de cuidadora, que son dos actividades diferentes que requieren de un alto grado de energía, organización, inteligencia, preparación y capacidad de aprendizaje. Esto poco a poco se adquiere entre llantos, miedos y miradas reprobatorias pues has de hacer lo que la tradición manda o tu propia versión corregida y aumentada.

Sin duda para mi la maternidad es un ejercicio de fortalecimiento interior, de resilencia, de resolver problemas continuamente y si algunas veces de resistencia. La maternidad suele ser una parte de la vida donde pones a prueba sistemas, tradiciones, creencias porque ahora las tienes que compartir con tu hijo y te das cuenta de que tan inclusivas son. Muchas de ellas tenemos que evolucionarlas.

Acaso no somos las madres las consumidoras número uno, las que organizamos la casa, la despensa, a los chicos universitarios… escribe la feminista Silvia Federici que no es el trabajo de casa el que aisla a las mujeres, sino la forma en que hemos organizado el mundo y ahí todos hemos participado.

Sí puedes ir a comprar al centro comercial, el carrito tiene asiento de niños integrado; pero que pasa si quieres asistir a la expo orgánica, al teatro, cine, eventos, juntas de negocios, bibliotecas públicas acompañada de tu hijo. Muchos de esos contratos psicológicos limitantes  aíslan a las madres y niños. Son sistemáticos y entonces creemos que el mundo es así y no hay nada que hacer.

Pero entonces ¿lo que necesitamos es estar en casa? o ¿podemos idear alternativas?

Hoy las herramientas tecnológicas e internet ayudan a las madres a vivir con menos niveles de asilamiento y acceso a información en tiempo real valiosa y global. Puedes crear una nueva forma de vivir tu nueva vida y ayudar.

¿Qué herramientas pueden ayudar a derribar esos muros imaginarios? Algunos pueden ser imaginar una idea que ayude a solucionar un problema social, generar una ética propia, imaginación y una mente libre para decidir que hacer y como hacerlo, podrían ser un fundamento para evitar tradicionalismos de los que hacen daño.

Hoy tenemos más opciones para crear en la vida online y offline. Podemos aprovechar el nuevo ciclo de vida de ser padres, ver las oportunidades que se descubren en las carencias que nos ofrece el sistema, vivir fuera del molde.

Por nuestra parte estamos aprendiendo, y es seguro nos equivocaremos pero estamos abiertos al cambio. Este mes cumplimos tres años con Playmommy. Así hemos derribado algunos muros que se han atravesado por ahí. Materializando poco a poco  ideas y proyectos para que estos sean verdaderamente inclusivos. Ocupamos espacios públicos y exigimos que sean seguros para nosotros y nuestros hijos y así vamos poco a poco tumbando.

¿Cuéntanos que muros imaginarios has derribado?

¿Has encontrado el camino libre? Compártenos tus experiencias!

Post publicado originalmente en playmommy.com en la dinámica de #miércolesmudo en Twitter.

 

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