Vengo llegando de un inspirador viaje decembrino al estado de Oaxaca, un lugar mágico donde la cultura, el arte, la comida y las bellezas naturales se conjugan para crear un paraíso.

Es mi visita número 10 a este lugar y nunca dejo de enamorarme más de él. Visité lugares tradicionales como el Árbol del Tule, Hierve el Agua, Santo Domingo, Mitla, entre muchos otros atractivos que nos brinda el sur del país.

Lo único que a veces no me gusta de mí es el corazón de pollo que tengo, y es que a pesar de la hermosura del lugar, no pude ser indiferente a la pobreza y desigualdad de nuestro país; niños sin oportunidades de estudio, desnutridos, madres luchando por darles de comer... Panorama que pasa desapercibido para los miles de turistas.

No sé qué se necesita para crear una fundación, ni tengo los recursos para ponerme a estructurar una, pero sí tengo las ganas para aportar un granito de arena, y la verdad tengo muchas ganas de iniciar el 2015 ayudando, no sé, yo sería feliz contándole un cuento a esos niños, motivarlos a que se acerquen a la lectura, a que hagan deporte, a que sepan lo que es un abrazo.

Es por eso que el primer post del año quise hacerlo aquí, en Mujeres Construyendo, con la idea de formar una red para irnos un fin de semana a dar lo mejor de nosotras, a aportar aquello que sabemos hacer mejor. A lo mejor tú eres buena para cocinar, o para escribir; tal vez amas la pintura, o eres doctora. La cosa es ser parte del cambio que anhelamos aportando lo que hacemos.

Voy a preparar bien mi proyecto para viajar y poner en marcha esto que tengo entre manos, y lo estaré comunicando por esta vía, pero mientras tanto, ¿les interesaría apoyarme, con lo poco que les he contado?