Son  las siete de la noche, las gotas de lluvia pegan fuertemente en los cristales de las ventanas, los truenos anuncian una lluvia mayor, empieza a hacer frio,  estamos escuchando música , Alejandra Guzmán,  María José,  en fin música pop,  me he sentado a escribir porque los recuerdos inundan mi mente, como olvidar esos 15 de septiembre, mis padres me enseñaron a tomar este día como un día festivo muy importante, casi como navidad o año nuevo,  en orden de importancia primero estaba navidad, después año nuevo y por último el día de la independencia de México,  este día era día de fiesta, las casas tenían en su fachada grandes banderas, y se decoraban con papel picado haciendo alusión a las insignias patrias, mi madre cocinaba una rica cena, o simplemente se compraban pollos rostizados, era un día para conmemorar, como niños nos reuníamos por la tarde noche en la calle a jugar a los encantados, a pares y nones, a la cebollitas, doña blanca, o avión, stop, en fin teníamos tantos juegos, era divertidísimo, nuestro mayor temor era que pasara un auto y nos atropellara, pero nadie pensaba  que nos fueran a secuestrar, que nos asaltaran, etc., nos prohibían hablar con personas que no conocíamos y nosotros respetábamos esa orden,  y al caer la noche  mi papá nos prendía la tele, la mesa empezaba a tomar un lindo colorido, y el olor a comida se sentía en toda la casa, ese día como premio nos permitían tomar un vaso pequeño de refresco y nos preparaba una gran jarra de agua de frutas, había cerveza para los adultos, y a las 11 de la noche todos nos parábamos frente al televisor, era toda una ceremonia, entonaban el himno nacional y todos nos parábamos  en señal de respeto, posteriormente el presidente en turno tocaba la campaña y daba el tan famoso grito de VIVA MEXICO,  el televisor nos mostraba una plaza del zocalo totalmente lleno, la gente iba a la ceremonia únicamente, tanto los que ahí se encontraban como los que mirábamos a través del televisor nos estremecíamos, niños y adultos gritábamos al unisolo VIVA MEXICO!!! Sentíamos la emoción a flor de piel, después apagábamos el televisor y se prendía nuevamente el tornamesa, con música mexicana José Alfredo Jiménez, Pedro Infante, Jorge Negrete, Luis Pérez Meza, Lola Beltrán, El charro Avitia, Lucha Villa y varios mas que en este omento no logro recordar, era todo un día de fiesta, al otro día nos levantábamos tempranito, el chocolate caliente estaba listo para ser saboreado con un rico bolillo crujiente,  huevos al gusto y listos para irnos,  mi madre ya llevaba una bolsa con tortas que ella había preparado, jugos, y agua, entonces hacíamos una excursión hacia reforma para admirar el desfile del 16 de septiembre, teníamos que llegar temprano para alcanzar buenos lugares y poder ver,  globos,  dulces, comida, juguetes de todo abundaba desde Chapultepec hasta el palacio nacional, entonces nos parábamos en la orilla a esperar que pasaran todos los miembros del desfile,  no parábamos de aplaudirles hasta que terminaran de pasar.  Cuando terminaba el desfile, corríamos a Chapultepec a buscar un buen lugar para descansar, entonces mi madre sacaba una mantilla y la ponía sobre el pasto, todos nos sentábamos y comíamos tortas como si fuera un manjar,  ya satisfechos nos acostábamos bajo la sombra de un árbol para reposar la comida, pero como niños lo único que deseábamos era levantarnos a correr, jugar,  no queríamos perder el tiempo, y para nuestra desilusión llega la sombras que anunciaban que se terminaba el día, cansados, sucios, y con hambre pero sumamente felices, regresábamos a nuestro hogar para llegar a cenar, bañarnos  y descansar hasta el próximo día, que recuerdos tan maravillosos.

Ahora después de algunos años ya soy madre, mis hijos prefieren escuchar rock en español y en ingles, música pop, y para estar acorde al día  música de banda, las fachadas de las casas ya no presumen sus lindas banderas nacionales, la cena está entre el tic pozole, tostadas, tacos, y si no alcanzaste a cocinar puedes comprar cualquier antojito en la calle o simplemente pides una pizza,  los comentarios ya nos son sobre lo bonito del alumbrado público que se acostumbraba poner desde reforma hasta el zocalo,  ni de los planes para ir al desfile, ahora  si es que se reúnen las familias los comentarios son de la inseguridad que existe en el país, de las ultimas noticias sobre a quién asesinaron el día de hoy, que si el cartel, o los zetas, o las venganzas entre narcotraficantes, el miedo se siente, ya no deseas ir al zocalo, esperas con morbosa paciencia el día de mañana para ver en que estado hicieron de las suyas los sicarios, el alcohol se hace presente en la mayoría de las casas desde medio día, ya no esperamos ese famoso grito con el ansia que lo hacíamos hace años, los más chicos se meten a sus recamaras a jugar con sus juegos electrónicos, los  jóvenes se van a meter a los “antros y si están en casa se ensimisman en sus teléfonos celulares en donde se envían mensajes con los amigos o de plano se meten a las redes sociales, los jóvenes adultos empiezan la fiesta con cerveza y alcohol, los adultos comentamos sobre la clase de vida que estamos llevando, el trabajo, la sociedad, el miedo, la violencia.

Ya no queda nada de ese México con el que crecí, el zocalo que conocí ahora se llena de gente que mas que ir a escuchar el grito va llevada por los grupos famosos que nuestros políticos contratan para usarlos como imán y poder atraer gente, se ven militares y policías por doquier y no precisamente por el desfile sino por salvaguardar la integridad del pueblo, pero a pesar de todo hay algo presente, hay algo generalizado en todo el país, y es el Miedo, el miedo que nos han inculcado los  narcos, estas sicarios que al pasar de los años también han cambiado, se han vuelto menos sensibles, menos humanos, se han olvidado de sus propios códigos, de sus reglas, ahora ya no importa a quien asesinen, niños, jóvenes, mujeres, inocentes, lo único que les importa es producir miedo.

Con tristeza veo el cambio de mi México querido, y me rebelo, no más sangre, no mas asesinatos sin razón, no mas políticos corruptos, no mas, quiero dejarle a mis hijos un país diferente, quiero saber que el día que tenga nietos van a tener una infancia feliz,  Unámonos para regresar a esos días en que éramos felices, que el aire no olía a temor, que podíamos dejar a nuestros niños divertirse.

Ya no más de tus hijos la sangre
se derrame en contienda de hermanos
sólo encuentra el acero en tus manos
quien tu nombre sagrado insultó.

¡Guerra, guerra sin tregua al que intente
de la patria manchar los blasones!
¡Guerra, guerra! Los patrios pendones
en las olas de sangre empapad: ¡Guerra, guerra! En el monte, en el valle los cañones horrísonos truenen,
y los ecos sonoros resuenen
con las voces de ¡Unión! ¡Libertad!

Mexicanos al grito de guerra…

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