Hay momentos en los que sentimos que queremos algo más.
Más flexibilidad.
Más espacio.
Más sentido.
A veces lo llamamos cambio, otras crecimiento, otras libertad.
Pero para lograr ese “algo más”, hay que mirar de frente una verdad incómoda: los límites que nos frenan casi nunca están fuera… están dentro.
Y si de verdad queremos vivir con más libertad —de decisión, de expresión, de elección— no basta con soñarla, ni con hablar de ella.
Tenemos que comprometernos con lo que implica: romper lo que nos limita, empezando por lo que nos decimos a nosotras mismas.
Es fácil decir que es la edad, que es la tecnología, que es la falta de tiempo o de apoyo.
Si somos honestas, muchas veces lo que nos frena es una vocecita interior que nos dice: “ya no estás para eso”, “eso es para jóvenes”, “¿y si no te sale bien?”.
Esa vocecita no es la realidad. Es miedo. Es inseguridad. Es costumbre.
Y lo peor es que si le damos la razón, si la dejamos al mando, nos perdemos lo mejor: innovar, cambiar, crear, sorprendernos, y sí, también inspirar a otras.
No podemos hablar de transformación sin hablar de acción.
Porque soñar está bien, hacer planes también, pero lo que realmente transforma es lo que haces, no lo que piensas.
Acción es aprender algo nuevo, aunque te dé vértigo.
Acción es probar una herramienta de inteligencia artificial, aunque no tengas ni idea de por dónde empezar.
Acción es abrirte un blog, grabarte un vídeo, compartir lo que sabes, aunque no te sientas “experta”.
Acción es darte permiso para equivocarte.
Porque la libertad —esa que tanto anhelamos— no se alcanza con deseos, sino con pasos reales, con decisiones conscientes.
La libertad está en el movimiento. En el riesgo. En la prueba. En la constancia. Y sobre todo, en tomar el control de tu proceso de cambio.
Y no, no importa cuántos cursos estés haciendo, cuántas mentorías contrates o cuántas veces digas que te estás preparando. Eso es valioso, sí, pero nada cambia si no pasas a la acción.
El verdadero cambio ocurre cuando lo aplicas, cuando sales al mundo a practicar, a equivocarte, a corregir y a volver a intentarlo.
Hoy tenemos a nuestro alcance herramientas que hace apenas unos años eran impensables. Están ahí para quien tenga la actitud de aprender y atreverse.
La inteligencia artificial, por ejemplo, no viene a reemplazarte, viene a facilitarte el camino. A ayudarte a crear contenido, planificar tus ideas, organizar tu negocio o mejorar tu productividad.
Es el momento de dejar de decir “no entiendo nada de esto” y empezar a decir “voy a entender lo que necesito para avanzar”.
Si queremos vivir con más libertad, tenemos que asumir la responsabilidad de ponernos al día, de abrir la mente y atrevernos a usar las herramientas que nos pueden liberar del “no puedo”.
Nadie va a venir a hacerlo por ti. Ni tu familia, ni tu jefa, ni tu mentora, ni tu mejor amiga.
Solo tú puedes cruzar ese umbral. Y no lo haces de golpe, lo haces pasito a pasito: hoy una búsqueda, mañana un tutorial, pasado un pequeño logro.
No es cuestión de talento. Es cuestión de decisión.
Así que si tanto hablamos de querer más libertad, más autonomía, más posibilidades… entonces hagámoslo. Con todas las letras. Con todo el cuerpo. Con todo el corazón.
Y con toda la responsabilidad de quien ha decidido vivir con intención.
Si necesitas una mano con la parte tecnológica, aquí estoy. Pero el primer paso… ese es tuyo.
Comentario
Querida Claudia, Romper límites es un ejercicio diario, y qué alegría compartirlo contigo en este espacio donde tantas estamos dando pasos, aunque no siempre sean perfectos.
Un abrazo enorme y ¡a seguir en movimiento! Andrea
Querida Betty Tal como dices ese ...“¿y si no lo hago perfecto?” nos ha frenado a tantas en silencio… Y sin embargo la acción imperfecta es la que nos saca del lugar de siempre.
Seguimos caminando juntas, con pasos reales , con equilibrio entre lo técnico y lo emocional.. 💛
Un abrazo enorme, Andrea
Este texto me tocó justo donde más estoy trabajando ahora: el límite silencioso no siempre es el “no puedo”, a veces es el “¿y si no lo hago perfecto?”.
Gracias por recordarnos que la acción es el verdadero músculo del cambio. Me quedo con esta frase como mantra técnico y emocional: “No basta con soñarlo… hay que hacerlo, aunque dé vértigo.”
Aquí seguimos, rompiendo límites con pasos reales y alma técnica. 💛 — Betty Palmeros
Querida Andrea,
Maravilloso recordatorio nos haces hoy. Los límites se rompen...rompiéndolos... en acción, actuando, no desde la teoría.
Abrazo y gracias!
Claudia
Bienvenido a
Mujeres Construyendo
info@mujeresconstruyendo.com
© 2025 Creada por Mujeres Construyendo.
Con tecnología de
Insignias | Informar un problema | Política de privacidad | Términos de servicio
¡Tienes que ser miembro de Mujeres Construyendo para agregar comentarios!
Únete a Mujeres Construyendo