Vivir en una ciudad fronteriza, deberia traer ventajas competitivas, creo yo.
Pero desafortunadamente los vaivenes politicos y los caracteres de los gobernantes, hace que esto no siempre sea asi. En cucuta, frontera con Venezuela, donde recuerdo con añoranza, pasar al otro lado, era como ir a otro barrio. Eramos tan cercanos, como familia. Incluso la mayoria de mis tios se casaron con venezolanas y se radicaron alli. Ellos venian, nosotros ibamos. Y todo era, asi, tan normal,…
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