Por fin tuve tiempo de sentarme a escribir, después de un par de meses de torbellino, incluída una mudanza forzada, trabajo como para quejarse ante Derechos Humanos y un ombligo saltón.
Les escribo por ahí de las 11 pm, mientras estoy en la cocina, escuchando a Johnny Cash, después de preparar por primera vez rajas con crema, que según dicen mis optimistas y atinados pronósticos, quedarán sabrosas y deliciosas.
(Nota de la redacción: Las tablas de picar y pinzas…
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