Si alguien nos hubiera dicho entonces lo que habríamos de pasar y lo que hoy sabemos; jamás lo habríamos creído... Estoy segura de que nos habríamos reído en su cara a carcajadas veinteañeras. De esas que rebosan impudicia, desparpajo, ilusión, esperanza. Porque aunque estábamos esperando bebés por vez primera - o quizá precisamente por eso - sentíamos que nada malo podía siquiera tocarnos. Nos veíamos semanalmente para hacer ejercicios prenatales y con ese pretexto nos burlábamos…
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