Este texto forma parte de una serie de artículos que podrás leer en el Blog de Angie y en Quintaesencia acerca de mi experiencia en las montañas del sureste de Chiapas donde se desarrolló el 2do Encuentro de Mujeres que Luchan organizado por las mujeres Zapatistas a finales de diciembre del 2019.
Estas son mis palabras, lo que observé y sentí, llenas de amor, lucha pero también de un privilegio al ser una mujer de ciudad que pudo pagar para realizar este viaje. Mi invitación es que reflexionemos y luchemos juntas.

Ha pasado un mes del 2do Encuentro Internacional Mujeres que Luchan, nos siguen faltando las palabras para explicar a las personas que asombradas nos escuchan relatar cómo fue que llegamos, lo que hicimos, las experiencias, la sensación, el estar, vivir y por primera vez en mucho tiempo sentirnos seguras y caminar sin temor a no regresar.
Aún recuerdo la sensación de miedo, nervios y alegría el explicarme o al menos intentar cómo era eso de entrar sin privilegios y salir con aprendizajes para compartir.
En la comunidad de mujeres con la que participo seguimos reflexionando qué es eso que vamos a compartir y sé que sólo hasta que estemos juntas podremos tirar de un torrente de sentimientos y palabras que tendrán por fin forma, y es que lector sí ha llegado hasta esta curta parte los textos (re) encuentro Mujeres que Luchan seguramente espera una lista de conocimientos adquiridos así que la respuesta es que aprendimos todo y nada.
Aprendimos que si algo esta mal somos nosotras que anteponemos nuestro privilegio antes que pensar que nuestra lucha debería ser por todas. Porque no hay lucha buena, lucha mala, o lucha más o menos, toda lucha por las mujeres vale la pena.
Todas, sin importar el calendario que carguemos o la geografía en la que vivimos, estamos en lo mismo: la lucha por nuestros derechos como mujeres que somos.
Fragmento del discurso de Inauguración por la Comandanta Amada, desde el semillero “Huellas del caminar de la Comandanta Ramona”, Caracol Torbellino de nuestra palabra, montañas zapatistas en resistencia y rebeldía.

Es difícil pero sigue sin quedarnos claro que debemos cuidarnos, defendernos, cuidar nuestra mente pero también nuestra cuerpa por qué será con nuestra cuerpa como lo dijo la Comandanta Amada con la que debemos estar a la defensiva para vivir “hasta que ya puedan nacer, criar y crecer sin miedo”
Porque nuestro deber como mujeres que somos que luchan es protegernos y defendernos.
Y más si la mujer es una niñita apenas.
La tenemos que proteger y defender con todo lo que tengamos.
Y si ya no tenemos nada, pues con palos y piedras.
Y si no hay palo ni piedra, pues con nuestro cuerpo.
Con uñas y dientes hay que proteger y defender.
Y enseñarles a las niñas a protegerse y defenderse cuando ya críen y tengan sus propias fuerzas.
Así está la cosa, hermana y compañera, tenemos que vivir a la defensiva.
Y tenemos que enseñar a nuestras crías a crecer a la defensiva.
Así hasta que ya puedan nacer, críar y crecer sin miedo.
Fragmento del discurso de Inauguración por la Comandanta Amada, desde el semillero “Huellas del caminar de la Comandanta Ramona”, Caracol Torbellino de nuestra palabra, montañas zapatistas en resistencia y rebeldía.


Me dolió porque me hicieron ver que me había tragado el discurso patriarcal que nos han vendido, claro bajo el discurso de la paridad y la equidad que nos tría ventajas, tener más mujeres en puestos, anunciar que somos más las que participamos, las que hablamos, las que decimos, nos han dicho que hay equidad, nos han dicho que tenemos derechos, pero nos siguen asesinando y cada día, cada año con más brutalidad seguramente están pensando que somos exageradas pero los últimos censos –para las personas fans de los números- se demuestra el incremento.
Me dolió darme cuenta de que me creía el discurso patriarcal y claro capitalista porque les interesa que creamos ese discurso.
Dicen que ahora es muy bien visto hablar bien de las mujeres y sus luchas.
Pero nos siguen asesinando.
Dicen que hay hombres que entienden la lucha de como mujeres que somos y hasta se dicen que son feministas.
Pero nos siguen asesinando.
Dicen que la mujer ya está en más espacios.
Pero nos siguen asesinando.
Dicen que ya hasta hay super héroas en las películas.
Pero nos siguen asesinando.
Fragmento del discurso de Inauguración por la Comandanta Amada, desde el semillero “Huellas del caminar de la Comandanta Ramona”, Caracol Torbellino de nuestra palabra, montañas zapatistas en resistencia y rebeldía.

Una amiga me dijo que esperaba que llegara convertida en una miliciana más, pero soy consciente de mi realidad y no voy a apropiarme de expresiones ideológicas y culturales que no me corresponden lo que si es cierto es que un pedacito de mi corazón se quedó en las montañas del sureste de Chiapas, sigue siendo difícil de explicar lo importante que es sanar pero sí creo que toda mujer una vez en la vida debe darse la oportunidad de experimentarlo, tal vez mi corazón no se quedó y me traje el aire fresco de las montañas a mi hogar, me traje los recuerdos de las mañanas en el campamento con mis compañeras, las noches bajo el cielo estrellado y el olor a leña quemada. A ellas a las mujeres del pasamontañas, a las miliciantas e insurgentes ahora las miro distinto, las miro como esas mujeres compañeras de lucha que me enseñaron con su silencio a que otra manera de organizarnos es posible, a ellas a las que me enseñaron a ver con miedo como luchar por lo que se cree como apropiarse de una lucha sin perder su esencia.
Ellas estaban bien porque nosotras en nuestra diversidad entramos a su casa, nos recibieron y acogieron por eso nosotras tenemos mucho que aprender, no pudimos ni respetar las reglas básicas, nos costaba hacer las cosas mínimas para que el trabajo fuera más sencillo para ellas y todas tuviéramos un espacio limpio, nos costó entender que dentro no había privilegios solo muchas mujeres que luchan.
Ha pasado un mes de aquel viaje, no son los recuerdos que traemos, las fotos que tomamos, las playeras con mensajes feministas o como transformar un espacio anticapitalista en la “coquita” pa las de fuera, es recordarnos una vez más que juntas somos más fuertes.
Y no estás sola, compañera y hermana.
Pero no basta.
No es sólo consuelo lo que necesitamos y merecemos.
Necesitamos y merecemos verdad y justicia.
Necesitamos y merecemos vivir.
Necesitamos y merecemos libertad.
Y eso tan necesario tal vez podremos conquistarlo si es que nos apoyamos, nos protegemos y nos defendemos.
Ése es el mensaje que nos dieron las insurgentas y milicianas:
Responder al llamado de la mujer que pida ayuda,
Apoyarla.
Protegerla.
Y defenderla con lo que tengamos.
Fragmento del discurso de clausura por la comandanta Yesica, desde el semillero “huellas del caminar de la comandanta ramona”, caracol torbellino de nuestra palabra, montañas zapatistas en resistencia y rebeldía.

Amable lectora y lector este es el último texto de este viaje, me faltan muchas palabras por contar, reflexiones, pensamientos que dejar plasmados pero esos me los guardo para mí y para mis hermanas de lucha. Si después de todo este viaje puede existir un mensaje de esperanza es que cada día somos más las que luchamos, si existe un mensaje es que está lucha debe seguir porque estamos hartas y no venimos a resistir, venimos a luchar y no claudicaremos.
Porque somos mujeres que luchan.
Y nosotras no nos vendemos, no nos rendimos y no claudicamos.
Fragmento del discurso de clausura por la comandanta Yesica, desde el semillero “huellas del caminar de la comandanta ramona”, caracol torbellino de nuestra palabra, montañas zapatistas en resistencia y rebeldía.

Gracias por acompañarme en estas cuatro semanas, si quieres volver a leer los otros textos entra a:
(re) encuentro Mujeres que Luchan, parte 1
(re) encuentro Mujeres que Luchan, parte 2
(re) encuentro Mujeres que Luchan, parte 3

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